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Descarta Presidente de AHMSA que acero sea punto conflictivo en el TLCAN

29 de mayo de 2017.- Alonso Ancira, Presidente del Consejo de Administración AHMSA, consideró en su participación en un suplemento del diario El Financiero que el acero es un factor de confluencia dentro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), por lo que la intención es acrecentar la integración de la industria siderúrgica de los tres países.

 

”La crisis mundial de acero no ha terminado, básicamente porque China-su principal causante-mantiene una sobreproducción que distorsiona el mercado siderúrgico mundial, al deprimir artificialmente los precios y generar múltiples prácticas de comercio desleal”, consideró Ancira.

En contrario de todos sus anuncios y compromisos internacionales, explicó, en torno a un programa de reducción en la fabricación de acero, las propias cifras del gobierno chino muestran que el año pasado su producción creció más de 4%.

Ante ello, las empresas acereras de Occidente, en conjunto con sus gobiernos, han articulado diferentes mecanismos para enfrentar el problema y defender una industria fundamental para el desarrollo de cualquier nación.

Hace unas semanas, el presidente Donald Trump delineó acciones más drásticas en defensa de la industria siderúrgica de Estados Unidos de América, sector al que calificó como estratégico para la seguridad nacional y básico para el crecimiento de su país.

“No es un área donde podamos permitirnos depender de países extranjeros”, puntualizó al ordenar una revisión profunda de las importaciones siderúrgicas a Estados Unidos, en una acción claramente dirigida a China.

Sin embargo, más que preocupación, desde nuestro punto de vista en el caso de México estos aspectos deben llevarnos a acciones positivas, de ganar-ganar, dado que en la relación comercial con el vecino país el acero no es un elemento conflictivo.

En el intercambio de productos siderúrgicos entre México y Estados Unidos el saldo es netamente favorable a ese país, con un superávit de más de $1,500 millones de dólares anuales, sin considerar la regla octava, que acrecentaría esta diferencia.

En ese contexto, nuestro país debe adoptar acciones más decididas para resguardo del sector en la región de Norteamérica, por ejemplo elevando y ampliando en tiempo y contenido la salvaguarda arancelaria que se ha venido renovando cada seis meses y que solo abarca las exportaciones de acero de países sin tratado comercial con México.

Además de evitar que nuestra economía -que se ha mantenido estable en cuanto a demanda de acero-, sea invadida por los excedentes siderúrgicos que buscan mercados propicios, será una buena señal para nuestros vecinos, preocupados porque el TLCAN pudiera ser utilizado como trampolín para llevar esos productos a su mercado.

En el mismo sentido, es necesario impulsar el comercio siderúrgico con nuestros socios, fortaleciendo las cadenas regionales de valor con Canadá y Estados Unidos, intercambio que de hecho ha venido creciendo a partir de las diversas acciones adoptadas por el Gobierno Federal para impedir el comercio desleal.

Parte del acero que antes de las acciones de defensa establecidas por el Gobierno de México se compraba en China y otros países, hoy en día se adquiere en Estados Unidos, Canadá y Europa. Mientras las compras en Estados Unidos se han incrementado un 28%, las importaciones desde China han disminuido 86%.

En ese entorno, precisamente, acrecentar la integración de la industria siderúrgica de los tres países coadyuvará en uno de los objetivos centrales establecido desde la firma del TLCAN: impulsar la inversión y la generación de empleos de alta calidad en la región de Norteamérica.

 

Staff ReportAcero

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