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Presenta ALACERO nuevo estudio sobre cadena metalmecánica en AL

Buenos Aires, Argentina, 11 de nov. de 2015.- En el marco del Congreso Latinoamericano del Acero se presentó una actualización del estudio sobre Cadena Metalmecánica en América Latina que viene desarrollando desde el año 2011.

En la versión 2015 del estudio, “Cadena Metalmecánica: importancia económica, inversiones y comercio internacional” analiza las principales economías de América Latina como Argentina, Brasil, Colombia y México. Enfatizando su importancia económica, la dinámica de las inversiones y el comercio internacional.

El informe propone recomendaciones de políticas para estimular las respectivas cadenas metalmecánicas en cada país. La presentación estuvo a cargo de Daniel Novegil, director de Alacero y CEO de Ternium.

Novegil sostuvo: “Latinoamérica esta sufriendo un proceso de desindustrialización intenso, un proceso de primarización de su economía. Particularmente notable en el caso de Brasil, donde el peso de la manufactura con referencia al PIB cae de 20% a 11%. Es particularmente preocupante si se compara la performance de la industria latinoamericana con nuestros competidores industriales del mundo como Corea y China, donde el peso de la manufactura representa el 31-32% del PIB. Sin embargo, creemos que América Latina tiene un alto potencial de desarrollo industrial. Cuenta con recursos naturales, masa crítica y una población educada con tradición industria. No es una región que debería estar por naturaleza destinada a producir materias primas o bienes primarios: tiene habilidades para poder transformarse en un hub industrial para el resto del mundo”.

Destacó que presentan un intenso proceso de desindustrialización en el período 2003- 2014, evidenciado en la caída de la participación de sus industrias de manufacturas como parte del PIB, y por la primarización de su cartera de exportaciones.

Refirió que los niveles de inversión en América Latina no son suficientes para sostener tasas de crecimiento a largo plazo. Así, la región está perdiendo posiciones frente a competidores de nivel económico similar en su capacidad de captar inversiones e integrarse a las cadenas de valor globales.

Explicó que la cadena metalmecánica genera 24 millones de empleos en los países analizados de América Latina.

De la misma forma, se pudo estimar el impacto del déficit comercial metalmecánico en el empleo regional.

Alertando que por cada millón de dólares en importaciones de productos metalmecánicos, se pierden hasta 64 empleos en América Latina.

Hoy China es el principal exportador de productos metalmecánicos, habiendo pasado de un déficit de 15 mil millones de dólares en 2003 a un superávit por 350 mil millones de dólares en 2014.

Contrariamente, los países analizados de América Latina sufrieron un aumento considerable de importaciones chinas.

El valor de los productos metalmecánicos procedentes desde China se multiplicó 10 veces en 10 años, y alcanzó 84 mil millones de dólares en 2014.

Igualmente dramática es la situación que enfrenta la balanza comercial siderúrgica.

Las importaciones de acero laminado abastecen hoy más del 30% del consumo latinoamericano. China ocupa un lugar central como punto de origen de las mismas.

En 2014, llegaron a América Latina casi 9 millones de toneladas de acero desde China, el 13% del consumo regional.

La importación creciente e indiscriminada de productos siderúrgicos y metalmecánicos, especialmente desde China, y muchas veces en condiciones de comercio desleal, está provocando un daño visible a todo el sector que se refleja en paros técnicos, cierres de plantas siderúrgicas, problemas financieros, retraso o cancelación de inversiones y despidos de trabajadores.

El estudio propone una serie de políticas de re-industrialización, entre las que destaca promover la competitividad y productividad industrial, impulsar la diversificación y desarrollo de productos de mayor valor agregado, modernizar el tejido industrial y realizar innovación tecnológica continua, generar competencias y capacitación permanentes en los recursos humanos y fortalecer la base empresarial.

También presenta una serie de lineamientos de políticas aplicables a todos los países de América Latina, como reducir el “costo país”, según las condiciones de cada país.

Asegurar una base energética que considere a este insumo como palanca de desarrollo, asegurando costo, disponibilidad y calidad.

Asegurar condiciones que garanticen un “campo de juego parejo” frente a los competidores internacionales.

Diseñar una estrategia integral frente al reto “China”, sobre todo en lo que respecta a la continuidad de su consideración como economía de no-mercado en la OMC.

Contar con operaciones aduaneras efectivas frente a la subfacturación, contrabando y evasión de cuotas antidumping.

Generar programas de desarrollo de las pymes a lo largo de toda la cadena de valor.

Agilizar el uso de los mecanismos que ofrece la OMC para combatir el comercio desleal en la región, en especial por parte de China.

Consolidar las alianzas económicas regionales y ampliar sus bases de complementariedad económica.

Impulsar investigación, desarrollo e innovación, compartiendo el riesgo entre Estado y empresas.

Y fortalecer la educación técnica, con mejoras en infraestructura, capacitación docente y actualización de contenidos.

Por Verónica Flores

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