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Importación de acero desde China pone en riesgo la actividad productiva de Guatemala: ALACERO

Alacero – Ciudad de Guatemala, 13 de enero, 2015. La Asociacion Latinoamericana del Acero (ALACERO) informó hoy en un comunicado que entre enero y noviembre de 2014, Guatemala recibió 328 mil toneladas de acero laminado desde China, este volumen equivale casi al 37% del acero consumido en el país durante el período (estimado en 890 mil toneladas para el período).

En el período observado, las importaciones de acero laminado desde el gigante asiático crecieron 46% respecto a ene/nov 2013, cuando Guatemala había recibido 224 mil toneladas.

Por su parte, la producción de acero laminado local durante ene/nov 2014 llegó 512 mil toneladas, que solo logró expandirse un 3% versus iguales meses de 2013 — frente a un 4% de expansión del consumo.

“Una producción local creciendo por debajo de la expansión de la demanda y la fuerte alza en las importaciones desde China dejan en evidencia el riesgo que éstas significan para la industria local.”- sostuvo Rafael Rubio, Director General de Alacero.en su visita al país de Guatemala.

Además, agregó que este fenómeno se observa en todo el continente, donde las importaciones de acero laminado desde China de crecieron 65% entre 2013 y 2014, según el monitoreo realizado por la organización.

La mayor preocupación radica en que estas importaciones arriban bajo condiciones de competencia desleal, que pueden observarse en el bajo precio promedio de los productos chinos llegados a América Latina, y que es un 14% inferior al registrado para el resto del mundo. El caso de Centroamérica es aún más crítico, esta zona reporta un precio 20% más bajo al promedio global.

Rafael Rubio, manifestó: “Las empresas latinoamericanas pueden competir en igualdad de condiciones contra empresas chinas, pero no cuando éstas tienen el apoyo financiero ilimitado de su gobierno, que es el dueño mayoritario de esas empresas. Las empresas chinas estatales utilizan mecanismos de competencia desleal, como es el dumping y el subsidio, para desplazar a los productores nacionales en los países donde concurren. Estas ventajas artificiales las logran cuando el gobierno chino apoya a sus empresas con urbanización industrial sin costo, producción subsidiada con precios no de mercado en sus principales insumos como electricidad, carbón, etc. En forma adicional, el gobierno de China mantiene su moneda subvaluada para estimular su exportación y restringir las importaciones.

En síntesis, no es posible que las empresas del sector privado puedan enfrentar a un gobierno y sus empresas, como es el caso de la siderúrgica china”.

El ejecutivo advirtió además sobre los riesgos para la sustentabilidad productiva y financiera de la siderurgia de la región y consideró que los países latinoamericanos cuyos gobiernos no tomen las medidas necesarias para defender la inversión y producción local y propiciar un comercio justo, “enfrentarán pronto el cierre de la industria de acero laminado”, como ha sucedido en algunos países como Chile.

La visita a Guatemala forma parte del programa de trabajo conjunto entre Alacero y los países productores de acero para propiciar una región libre de prácticas desleales de comercio.

“No poner atención en el tema traerá como consecuencia desempleo, cancelación de inversiones, menos exportaciones para el país y menor recaudación de impuestos para el gobierno”, indicó Rubio.

Asimismo, Rubio señaló: “realizar una investigación por dumping y poner una cuota que lo elimine, está dentro de los derechos de los países miembros de la OMC, no se viola ninguna regulación internacional”.

En el mismo encuentro, Miguel Giorgis, presidente de la Gremial de Industrias de Metalurgia de Guatemala, confirmó que la industria galvanizadora nacional se cuenta entre las más afectadas de Centroamérica debido a la competencia con precios desleales en el sector de láminas galvanizadas. La industria galvanizadora guatemalteca está compuesta por tres empresas y genera más de 400 empleos directos y 2500 indirectos, que son fuentes de trabajo en riesgo de perderse.

Hasta el momento, la empresa Ternium realizó una solicitud formal de medidas antidumping al Ministerio de Economía debido a que, según sus propias estimaciones, la utilidad operacional de la empresa se ha reducido 53% (2013 vs. 2010) y la producción ha caído a la mitad.

Sebastián Castro, Director de Ternium en Centroamérica, comenta: “La principal causa de la insostenible  situación es la creciente competencia desleal china, por eso en diciembre 2013 presentamos ante el Ministerio de Economía una solicitud de investigación por prácticas de dumping contra las importaciones de acero galvanizado originarias de China, pero aún no hemos obtenido una resolución”.

Es importante destacar que esa solicitud cumple con los estándares que señala la OMC para llevar a cabo una investigación de esta naturaleza.

Según Rafael Rubio, el caso de Guatemala cuenta con un referente cercano: “En México, y en otros países de América Latina, se estableció una política firme de investigaciones antidumping y de prácticas de competencia desleal contra China y un sistema de monitoreo previo a las importaciones para anticiparse a maniobras de comercio desleal y evitar que el problema termine desapareciendo a las empresas nacionales”.

Los expertos coinciden en que la supervivencia del sector de la industria galvanizadora en Guatemala depende de una resolución preliminar favorable del Ministerio de Economía que imponga medidas antidumping provisionales para detener el avance predatorio de la competencia desleal de China, que equilibren el escenario de competencia justa en el mercado.

“Los precios bajos de las láminas chinas pueden parecer atractivas en el corto plazo, pero si esto se obtiene a razón de destruir una industria de importancia estratégica para el país, tendremos un problema serio gestándose a la vuelta de la esquina. Habremos perdido la capacidad de agregar valor a nuestros recursos, menos fuentes de empleo y oportunidades para mano de obra capacitada; ingreso de divisas para el país; así como beneficios para las comunidades locales en donde se asientan hoy estás industrias”, concluyó Miguel Giorgis.

 

Por Verónica Flores

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