La Industria Siderúrgica de América Latina en el Inicio del 2015
Rafael Rubio
A tres meses de iniciado el 2015, los desafíos que enfrenta la industria siderúrgica de América Latina se observan cada vez con mayor claridad:
· La economía mundial continúa siendo afectada por bajo crecimiento, altas deudas públicas, desempleo y riesgos geopolíticos.
· La estimación de crecimiento global del primer trimestre es de 2.1%, por abajo del 2.8% del cuarto trimestre 2014. El PMI mundial de manufactura pasó de 52.5 en el cuarto trimestre de 2014 a 53.2 en el primero de 2015.
· China y su “nuevo (nivel) normal” significan un crecimiento económico menos dinámico (≈7%). Sus riesgos son la burbuja inmobiliaria, el medio ambiente y la corrupción.
· Estados Unidos, el motor de la situación actual, enfrenta la normalización de las tasas de interés y la apreciación del dólar frente a las principales monedas y las latinoamericanas. Los efectos de esto sobre su crecimiento económico son motivo de discusión (0.5% menos del PIB).
· El resto de los países, desarrollados y emergentes, muestran políticas económicas divergentes que no garantizan una situación estable de inversión y confianza.
· El precio del petróleo y las commodities están también ubicándose en su “nuevo (nivel) normal”. Para América Latina, donde el 57% de la exportación total es de estos productos, el impacto económico es importante.
· América Latina, en este contexto, enfrenta un escenario difícil con volatilidad en inversión extranjera directa y tipos de cambio, inflación, deuda en dólares, incertidumbre financiera, fuga de capitales, etc.
En el mercado mundial del acero, la producción de crudo de enero-febrero se redujo 1.3% versus 2014. La utilización de la capacidad instalada se ubicó en 71.5% en el mismo período.
En China, durante el primer bimestre, la producción de acero crudo se contrajo 1.5%, la demanda disminuyó 7.4%, pero la exportación fue de 18 millones de toneladas, 56% por arriba del nivel de 2014; a ese ritmo, la exportación del 2015 podría las 100 millones de toneladas.
Por su parte, en América Latina, se produjeron 5.5 millones de toneladas de acero crudo en enero, 3% superior al volumen de mismo mes de 2014. En términos de producto laminado, la región produjo 4.5 millones de toneladas, un volumen similar a enero de 2014. Durante el primer mes del año, el consumo de productos laminados alcanzó 5.7 millones de toneladas, creciendo 1% respecto a enero de 2014.
En cuanto a su balanza comercial, América Latina importó 2 millones de toneladas de acero laminado, 14% por arriba del nivel registrado en enero de 2014 (1.7 millones). Es importante destacar que las importaciones de laminados representan 35% del consumo regional, lo que trae aparejado el desincentivo a la industria local, fricciones comerciales y pone en riesgo fuentes de trabajo.
Por otro lado, las exportaciones latinoamericanas de acero laminado llegaron a 661 mil toneladas, disminuyendo 6% respecto a enero de 2014.
Con esta actividad, en el primer mes de 2015 la región registró un déficit comercial de 1.33 millones de toneladas; desbalance que es 27% mayor que el observado en igual período de 2014 (1.05 millón de toneladas).
Dado este contexto global y regional, la expectativa anual del mercado mundial del acero es de un crecimiento marginal (≈0.5%), similar al de 2014, un comercio de acero creciente y conflictivo, precios a la baja y rentabilidad financiera castigada. Para el acero latinoamericano, las primeras estimaciones proyectan un crecimiento de la demanda que se ubicará entre 0% y 1% para 2015.
Frente a este escenario, la tarea clave es informar y sensibilizar a los gobiernos de la región sobre la evolución de la cadena de valor del acero, particularmente de las importaciones provenientes de China que llegaron a 8.3 millones de toneladas en 2014, muchas de ellas en condiciones de comercio desleal.
Este es el principal reto. China no es una economía de mercado, por lo que el campo de competencia contra la siderúrgica de ese país no es “parejo”; las empresas privadas latinoamericanas no pueden competir contra las Empresas propiedad del Estado chino y los subsidios otorgados por su gobierno.
Para superar eso, debemos en asociación con los gobiernos de la región promover políticas oportunas y efectivas y se evite que el deterioro productivo, financiero y de empleo de la industria en la región se agrave aún más.
Rafael Rubio es Director General de Alacero