Colaborador Invitado

Eurobazuca

Ante un crecimiento anémico en la zona del euro en su conjunto y una desaceleración importante en la inflación, la cual liga ya 16 meses por debajo del 2% (objetivo del BCE)en su contraste anual y prosigue su tendencia a la baja, finalmente el Banco Central Europeo, comandado por Mario Draghi, anunció un plan que contempla 3 medidas centrales con el fin de intentar repuntar la economía del continente, al cual, por efectos prácticos, denominaremos “Eurobazuca”.

La primera medida se enfoca en la tasa de interés de referencia del Banco Central Europeo, es decir, aquella con la cual emite préstamos a los bancos, misma que fue recortada desde 0.25% hasta 0.15%, un nuevo valor mínimo histórico. El objetivo de esta medida es volver más atractivo a los bancos solicitar liquidez directamente del BCE, con lo cual se incrementarían las probabilidades de que estos la trasladen al crédito privado. Similarmente, la institución disminuyó la tasa marginal de préstamos hasta 0.40%, la cual permite a la banca solicitar liquidez desde cualquier banco central nacional que forme parte de la eurozona.

Sin embargo, los bancos poseen la habilidad de depositar reservas dentro del Banco Central Europeo, recibiendo cierta tasa de interés que suele ser baja a comparación de lo que ganarían de emplear sus reservas en crédito privado. Es aquí donde entra la segunda medida de la “Eurbazuca”: tasas de interés negativas.

A partir del presente mes, en lugar de que los bancos obtengan un rendimiento (aunque sea mínimo o nulo) por mantener sus reservas en el BCE, la institución comenzará a cobrarles una tasa de 0.10% algo inédito en la historia del pensamiento económico.

Teóricamente, desde un punto de vista racional, las entidades bancarias buscan maximizar sus ganancias reduciendo el riesgo en el que incurren al ofrecer financiamiento, razón por la cual, al establecer un costo a la acción de mantener sus reservas detenidas, se amplían las ganancias que acumularían al reactivar el crédito, con lo cual los incentivos están colocados para que la banca deje de optar por mantener liquidez como reserva en el Banco Central y restaure e incremente el flujo de liquidez tanto a las personas como a las empresas a lo largo de la zona del euro.

La tercera medida de la “Eurobazuca” es abrir un canal de liquidez a la banca por 400 mil millones de euros, en donde el monto a otorgar quedará sujeto a la cantidad de liquidez empleada en préstamos netos de las instituciones bancarias hasta por un monto máximo de 3 veces el dinero que presten, con la intención de que la banca privada obtenga más liquidez y a su vez pueda trasladarla al sector crediticio.

El Banco Central Europeo tiene la esperanza de que la “Eurobazuca” potencialice el crédito y este, a su vez, reactive la endeble economía del continente, impulsando la inflación al alza, misma que se encuentra ya en niveles alarmantemente bajos y que ha provocado que se recorten nuevamente las expectativas para ésta durante los siguientes 2 años. No obstante, Mario Draghi fue muy claro al decir que el BCE apoya unánimemente el uso de nuevas medidas de estímulos en caso de ser necesario, por lo que probablemente, de no repuntar ni la inflación ni el crecimiento en el viejo continente, todavía queden municiones de la “Eurobazuca” escondidas bajo la manga de Draghi.

Las medidas no convencionales llevadas a cabo por el BCE pueden estar señalando la preocupación de un estancamiento económico prolongado, además de la posibilidad de caer en deflación (inflación negativa), lo cual generaría problemas de más largo plazo por su dificultad de revertirse (como las 2 décadas de Japón y el reciente caso de Suecia).

Todas estas medidas provocaron un incremento en el apetito por riesgo de los inversionistas, quienes optaron por divisas de economías emergentes ante la inminente mayor liquidez y menor rendimiento en Europa, algo que benefició también al peso mexicano y lo ayudó a alcanzar su nivel mínimo del día de 12.8631 pesos por dólar, a la par que motivó a una mayor demanda por bonos del tesoro de Estados Unidos y de deuda soberana de economías consideradas estables.

Sin embargo, el mercado permanecerá atento tanto en el corto como en el largo plazo al actuar del BCE, pues, ante la posibilidad de nuevas medidas no convencionales en caso de que Europa no mejore económicamente, provocaría nuevamente una menor aversión al riesgo y beneficiaría tanto a mercados de capitales como a divisas emergentes en general a lo largo de todo el globo.

Dr. Gabriela Siller, Director de Análisis Económico-Financiero. Banco BASEgsiller@bancobase.com
Lic. Amaro Alaffa, Analista Económico-Financiero. Banco BASEjalaffa@bancobase.com

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