¿Quién quiere entrampar a Beltrones?
Por L’acir
Hace unas semanas comenzó a sonar en las columnas periodísticas la posibilidad de que Manlio Fabio Beltrones llegara a ocupar la titularidad de la Secretaría de Gobernación en relevo de Miguel Ángel Osorio Chong. De todas las publicaciones, sin duda la que mayor repercusión obtuvo fue la del prestigiado The Economist, firmada por Bello, donde se recomienda directamente al Presidente que, si quiere cambiar las cosas en el país, Beltrones es el indicado.
No cabe duda que “Bello”, pseudónimo utilizado por el autor de la citada columna, es alguien que conoce a la perfección la realidad y los tiempos del sistema político mexicano, sin embargo, como ya se mencionó, fueron varias las columnas que hicieron, bajo distintos matices pero en un periodo muy definido de tiempo, la misma mención. Lo que hace recordar esa famosa frase que indica que en política no hay casualidades.
Vayamos por partes, el puesto de Beltrones como líder de los diputados priístas tiene fecha de caducidad, en agosto próximo culminará un periodo de tres años donde demostró que su fama como gran operador político va más allá, aliados y contrarios le reconocen el papel tan trascendental que jugó en la aprobación del paquete de reformas más ambicioso de los últimos 20 años en el país. Su figura se enalteció ante el desempeño mostrado, de ahí que no resulte tan descabellado, y más ante la situación que vive el país, el proponerlo como nuevo Secretario de Gobernación.
Sin embargo, después de tantos años en el servicio público las formas del Dip. Beltrones son ampliamente conocidas, cualquiera que haya estudiado brevemente su actuar durante los 30 años que anteceden, sabrá que Beltrones jamás se autopromocionaría a través de columnas, incluso, lo consideraría algo por debajo de su nivel. Como buen priísta, él sabe que su mejor manera de promocionarse es siendo útil al sistema y al Presidente. Y después de la legislatura que está por concluir, donde actuó como amo y señor del Congreso, pavimentando el camino de las reformas propuestas por el Ejecutivo, su capacidad en ese sentido está más que demostrada. Por lo tanto, sería ilógico que esta ola de promoción provenga del propio Manlio, al contrario, desde su punto de vista podría resultar hasta perjudicial.
Ello por la forma de ser del Presidente Peña, quien si bien se caracteriza por escuchar a sus subalternos jamás aceptará una imposición de este tipo, y menos si se da como consecuencia de una presión por parte de la prensa. El Presidente escucha pero no le gusta que le digan lo que tiene que hacer, quien o quienes anden moviendo los hilos de esta estrategia lo saben. Su objetivo es instalar la figura de Manlio como una carga dentro de la cabeza de Peña, pretenden que el Presidente se sienta presionado por Beltrones y que ello genere una animadversión natural hacia quien, cada día más, se ha ganado un gran respeto por parte del Ejecutivo.
Quienes promueven la idea de que Manlio debe llegar a Gobernación saben que por lo pronto el Presidente no cambiará a su Secretario, hacerlo equivaldría a aceptar que se equivocó en el diseño de su modelo de gestión tripartita (Osorio, Videgaray, Nuño), es temprano para ello y, según ha trascendido, la ventana de oportunidad de Osorio Chong aún no se ha cerrado a los ojos de Peña, quien por ahora estaría decidido a respaldarlo.
Es evidente que alguien busca bajar los bonos de Manlio Fabio Beltrones ante el Presidente Peña, la pregunta es quién está detrás de esto. Las opciones son muchas, pero quizás sería bueno voltear hacia algunos integrantes del propio Gobierno Federal, quienes ven a Manlio Fabio no sólo como ajeno y diferente, pero sobre todo como una amenaza, saben que darle acceso sería arriesgarse a perder control y poder. Este sentimiento emana, principalmente, del grupo tecnócrata que acompaña al señor Videgaray, quienes conscientes de su escasa habilidad política, temen perder sus cotos ante quien, a pesar de despreciar hasta cierto punto, le reconocen sus dotes como político.
Sea quien sea el responsable de esta estrategia para neutralizar a Beltrones ante el poder presidencial, una cosa es cierta, Manlio no se va a retirar de la política activa. Aún tiene mucha vida por delante, el capital político que ha sabido construir a través de tantos años ejerciendo el poder le permitirían, incluso, permanecer alejado de los reflectores por un tiempo sin perder un ápice del poder que ostenta.