Invasión de acero chino, amenaza el repunte de la siderurgia vasca
Tras la quiebra de la factoría que formaba parte del grupo Gallardo, el ‘mapa’ de las acerías guipuzcoanas ha gravitado en torno a dos grandes corporaciones: ArcelorMittal y Gerdau. Sin embargo, este sistema bipolar podría desestabilizarse y por ende el de toda la siderurgia vasca, que es como decir la estatal. El motivo, una vez más, China. La invasión de acero a bajo precio procedente del país asiático trae de cabeza a medio mundo. De hecho, el problema de Gerdau tiene su origen en la competencia que ejerce China al grupo brasileño en su propio país, una tormenta cuyos efectos se están dejando notar en las factorías españolas.
El gran dragón está exportando anualmente 88,000,000 de toneladas de acero, el equivalente a la producción de dos alemanias. El crecimiento interno del país se ha ralentizado y no absorbe el material que sale de sus factorías: 822 millones de toneladas, es decir, 58 veces lo que produce España.
Su peculiar sistema político, híbrido de comunista y capitalista, impide el cierre de plantas. Por tanto, la válvula de escape es la exportación en condiciones alejadas del mercado y sin reflejar los costes reales de producción.
De momento, las acerías vascas están capeando el temporal, pero tiemblan ante lo que puede venir. Los datos aportados por la Asociación Española de Exportadores de Productos e Instalaciones Siderúrgicas (Siderex), con sede en Bilbao, indican que la producción de las plantas radicadas en Euskadi en 2014 fue de 4,165 millones de toneladas, un 7.5% más que en 2013, pero lejos todavía de los 7,500 millones que salieron de las factorías en 2007.
La producción de Gerdau en 2014 fue de 850,100 toneladas, 60,000 más que en 2013 (incluida Reinosa). En ArcelorMittal (Zumarraga, Bergara y Olaberria) se colaron 2.208.100 toneladas, 143,000 más que en el ejercicio anterior.
En principio, estos datos invitan al optimismo. Asier San Millán, director general de Siderex, marca que los resultados de 2014 pueden consolidarse en el presente año gracias a la activación del sector del automóvil, la construcción y obra civil.
Ahora bien, San Millán expone en toda su crudeza las amenazas que se ciernen. «Sigue existiendo el peligro de que China y Taiwan introduzcan sus productos en la UE de una manera desleal, vendiendo a precios de dumping (por debajo del valor real), causando un considerable perjuicio a nuestras acerías».
La repercusión para la economía vasca de unas importaciones desbocadas serían enormes. Baste decir que el PIB vasco se sitúa en torno a 64,295 millones de euros, de los que el 21% corresponde a la industria, siendo el sector siderúrgico el 25% de este último. Los efectos negativos no se limitarían a las acerías, sino que afectaría en transformadores, ingenierías y fabricantes de bienes de equipo.
Agencias