INTERNACIONALES

China quiere transformar su economía con nuevas Reformas

Madrid, 7 de noviembre de 2013.- China atraviesa una situación interna estable tras el nombramiento de su nuevo presidente y primer ministro. El principal objetivo de la nueva administración es preservar un crecimiento económico que permita crear puestos de trabajo, combatir la inflación y desarrollar una red de protección social pública.

El gobierno chino, que ha seguido con atención el descontento social en Oriente Medio y el Norte de África, es consciente de que el principal factor diferencial de China es la mejora del nivel de vida de su población: la renta per cápita ha pasado de 847 dólares en 2000 a 7 mil 559 dólares en 2013. No obstante, existe una gran disparidad entre la población rural y la población urbana, y entre las provincias costeras y la zona occidental del país.

Las importantes relaciones entre China y Estados Unidos son estables, a pesar de algunas tensiones periódicas por la venta de armas de Estados Unidos a Taiwán y el respeto a los derechos humanos. El reciente giro en la estrategia de defensa estadounidense, que establece un nuevo foco en la zona de Asia-Pacífico, responde principalmente al objetivo de Washington de equilibrar el creciente poder militar chino en la región.

Se ha avanzado poco en los problemas económicos que enfrentan a China y a Estados Unidos, tales como los tipos de interés y el superávit comercial chino. El yuan sigue vinculado a una cesta de divisas, con una paridad móvil frente al dólar estadounidense que permite cierta fluctuación dentro de un rango de tipos. La banda en la que el yuan puede moverse frente al dólar cada día se ha ido ampliando hasta situarse en el 1% frente al 0,5% anterior. Se prevé que las próximas apreciaciones sean graduales -demasiado lentas en opinión de la Administración y el Congreso estadounidenses- para no perjudicar la competitividad internacional de las industrias y exportaciones chinas.

Hacia un nuevo modelo económico

Las previsiones apuntan a una mayor desaceleración del crecimiento chino, hasta el 7,5% en 2013 y el 7,3% en 2014, al reducirse la inversión y el gasto público. Esta tasa, relativamente baja según los cánones chinos, es un reflejo de la ambición por dirigir la economía hacia un patrón de crecimiento más pausado, firme y robusto. China persigue una transformación de su economía actual, basada en las inversiones y dependiente de las exportaciones, hacia una economía más equilibrada, orientada hacia los servicios y basada en el repunte del consumo privado y mayores niveles de gasto en servicios sociales para moderar la creciente desigualdad social. Con una demanda nacional creciente, las importaciones crecerán a un ritmo mayor que las exportaciones, y la balanza exterior tendrá un impacto negativo en el crecimiento.

Aunque China no es en absoluto inmune a una demanda exterior más débil, los principales riesgos del crecimiento futuro del país tienen que ver con su mercado interno. El elevado crecimiento del crédito, que desempeñó un papel preponderante en el programa de estímulo de 2008 y 2009, es foco de preocupación. Muchos créditos se han prorrogado en lugar de haberse amortizado, y la calidad de los activos del sector bancario es cuestionable. La mayor parte de la actividad bancaria está relacionada con el sector inmobiliario y las administraciones locales. La sobrevaloración de los bienes inmuebles puede ser objeto de un brusco reajuste, que podría tener un impacto en el conjunto de la economía. En el caso de la inversión en infraestructuras de las administraciones locales, se estima que entre el 20% y el 25% de los préstamos conllevan un alto riesgo.

Es importante que China vuelva a equilibrar su economía. El enorme paquete de estímulo de 2008 y 2009, la masiva expansión del crédito durante los últimos cuatro años y las inversiones ineficientes han exacerbado los desequilibrios. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en muchos mercados maduros, las autoridades chinas siguen teniendo margen frente a cualquier impacto externo o interno. El gobierno central tiene un déficit presupuestario menor, que se mantendrá en el 2,1% del PIB en 2013 y 2014, su deuda pública y externa es muy baja, y cuenta con la mayor reserva de divisas del mundo debido a su sólida balanza de pagos, pudiendo hacer frente a 22 meses de importaciones. 

En este contexto, prevemos el anuncio de nuevas reformas económicas durante la Tercera Sesión Plenaria del Comité Central del Partido Comunista Chino, que se celebrará en los próximos días, en lo relativo a la urbanización, la liberalización de las cuentas de capital, la fijación del precio de los recursos y la aceptación de inversión privada en determinados monopolios del Estado. Dichas reformas respaldarían la mejora de la industria, facilitarían una mayor igualdad en la distribución de la renta y contribuirían a establecer una estructura económica basada en el consumo y en los servicios, reduciendo aún más la vulnerabilidad de China a la volatilidad de la economía global.

 

Fuente: Crédito y Caución

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