Colaborador Invitado

¿De dónde viene el poder de influir en los demás?

Las debilidades de la mente son la puerta de entrada para la manipulación

REFLEJO INTERIOR

Hiram Peón Lara

Una de las necesidades más grandes de los seres humanos es, desde luego, gozar del poder de influir sobre los demás. Esa es una de la razón por la que el internet y sus plataformas sociales tienen tanto éxito entre los jóvenes y los no tan jóvenes.

Influir ha sido uno de los motivadores de las distintas sociedades a través de los siglos. Desde la sibila cumana (siglo V antes de cristo) y las pitonisas de los oráculos de los griegos, pasando por los druidas celtas, hasta llegar a los chamanes de las sociedades muy rurales de toda América Latina. El hombre ha buscado quien le diga el futuro, alguien que le asegure que lo que viene será bueno. El hombre se acerca a estos personajes con el propósito de comprar un futuro promisorio.

A su vez estos personajes que servían a los dioses, eran sus “voceros” personales, tenían una gran influencia en los gobernantes, en los guerreros y en todos los niveles sociales.

Durante toda la existencia de la humanidad siempre han existido grupos que tratan de dominar a la comunidad y de establecer las reglas con las que todos deben vivir.

En la época moderna ese papel lo asumen los políticos, la clase política, los gobernantes, la burocracia. Estos personajes, los políticos, que nada producen pero que le dicen a los demás como deben vivir, son quienes ahora ejercen el poder de influir sobre todos los demás.

Por muchos siglos, los pensadores, políticos y no políticos, en escarbado en la ciencia para tratar de encontrar el mecanismo exacto que permita dominar a las multitudes.

Uno de los que más se acercó a este mecanismo, fue el filósofo italiano Nicolas Maquiavelo, quien escribió un pequeño librito, un manual para alcanzar y conservar el poder “El Príncipe”. El libro lo escribió durante su exilio en Florencia y está inspirado en Cesar Borgia.

Todos los políticos quieren influir en los ciudadanos y estos, muchas veces, se encuentran inermes ante las sofisticadas herramientas que se utilizan para llevarlos, como borregos al matadero.

Existen debilidades en la mente que pueden ser manipuladas. Joe Vitale enumera siete. Hoy quisiera explorar una de ellas.

La esperanza. El ser humano necesita tener siempre una esperanza. Los políticos lo saben y explotan esta debilidad humana. En la década de los setentas escuche por primera vez una aseveración que decía: “Nos amenazan con 30 latigazos, pero después de negociar solo nos darán 15 latigazos” Esa es la administración de la esperanza.

Los políticos plantean una situación insostenible y luego ofrecen una salida que garantiza la existencia de una esperanza.

Los gobiernos del PRI y del PAN, lanzaban cada año la famosa “miscelánea fiscal” siempre era una reglamentación dura y agresiva, que después de varias vueltas de negociación, se acordaba algo razonable. Razonable para cubrir el presupuesto de egresos del gobierno y razonable para que las empresas siguieran operando. O sea, no mates a la gallina de los huevos de oro.

Cuando las personas se encuentran en un callejón sin salida, harán cualquier cosa, lo que sea para mantener un sentido de esperanza.

Los seres humanos podemos tolerar muchas dificultades, pero no podemos tolerar la falta de esperanza. Cuando los jóvenes se enfrentan a situaciones donde no encuentran un sentido de esperanza, la opción puede ser la búsqueda del suicidio. La esperanza es algo que debemos construir al interior de las familias para proteger la existencia misma de la familia.

Entonces el político crea leyes, reglamentos, políticas públicas y alternativas que refuercen un sentido de esperanza y después de cumplir parcialmente las promesas hechas, exigen lealtad.

Vea usted el cambio de placas. Te obligo a cambiar las placas. Pero no te preocupes, puedes hacerlo en los bancos. Pero no te preocupes, incluido el refrendo, solo te costarán, $4 mil 400.

Siempre hay una salida, cuando el verdadero asunto es No queremos el cambio de placas.

Quizá deberíamos de explorar más esa emoción tan elusiva que es la esperanza.

“El gesto interno de soltar el apego al resultado es más bien el espacio que permite que el deseo se manifieste con el poder de trascender el miedo al fracaso. La esperanza surge cuando conectamos nuestra propia ida con lo que uno comprende como verdadero y valioso, y desde esa conexión con el propio corazón surge una fortaleza que permite enfrentar las mayores dificultades”. (1)

El apego al resultado. Es una necesidad, casi obsesiva, por alcanzar aquello que a nuestros ojos es lo que queremos, merecemos y nos hemos ganado. Y cuando no lo logramos caemos en la ira, la rebeldía y el auto abandono.

Renunciar a esto, renunciar al resultado, es renunciar al miedo al fracaso.

Esa podría ser, para algunas personas, la solución.

Tomado del blog “esperanza en la oscuridad” de Gonzalo Brito Pons (https://cultivarlamente.com/esperanza-en-la-oscuridad/)

El autor es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM

Contacto:

Mail: hirampeon@gmail.com

Twitter: @Hirampeon

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