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Deterioro de la economía y falta de política que aliente el crecimiento brinda perspectiva de bajo crecimiento.- CEESP

8 de noviembre de 2021.- De acuerdo con el Análisis Económico Ejecutivo del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, CEESP, la caída del PIB coincide con una visión arcaica del gobierno que niega apoyos para crecer, genera incertidumbre, desconfianza y perjudica las expectativas.

Es probable, indicó, que la falta de dinamismo se extienda hasta finales del año. El riesgo es que limite la creación de empleos y el bienestar de los hogares, y empeora con la inflación.

“Aunque las causas de la inflación son temporales, si perduran pueden desestabilizar las expectativas inflacionarias. El nivel y la estructura a plazos de las tasas de interés sugieren que las expectativas de inflación se han elevado”, indicó en el análisis.

El deterioro de la economía desde 2018 y sin una política que aliente el crecimiento, contribuirá a una perspectiva de bajo crecimiento de la economía.

SE DETERIORAN LAS EXPECTATIVAS

La semana pasada se señaló en este espacio que la evolución reciente de los principales indicadores económicos muestra indicios de un nuevo periodo de debilidad, después de que el efecto rebote posterior a la primera mitad del año pasado apuntaba a recuperar lo perdido por la pandemia.

Sin embargo, la falta de dinamismo con que la actividad productiva avanza ahora parece solamente retomar el magro ritmo que llevó a la economía en 2019 a su primera caída después de nueve años consecutivos con avances. En ese periodo la tasa de crecimiento promedio anual fue de 3.0%, nivel que hoy día parece difícil recuperar.

La caída del PIB coincide con una visión arcaica del gobierno que niega apoyos para crecer, genera incertidumbre, desconfianza y perjudica las expectativas.

La reducción preliminar del PIB en el tercer trimestre del año confirma la lentitud de la economía. Mientras tanto, la política gubernamental busca el control de sectores estratégicos para el crecimiento bajo una visión arcaica, que niega apoyos específicos para la reactivación del empleo formal y las Pymes y hasta impulsa diversas medidas contrarias a la misma. Naturalmente se ha generado un ambiente de incertidumbre y desconfianza hostil a la inversión que perjudica las expectativas de crecimiento.

La encuesta que realiza el Banco de México entre los especialistas del sector privado reportó en octubre un promedio de crecimiento del PIB para 2021 menor al del mes anterior que, si bien se mantuvo elevado para el año en su conjunto, 6.0%, indica un cambio de tendencia para los próximos meses. Para el tercer trimestre la predicción promedio se redujo de 6.59% a 5.93% y para los próximos 10 años se situó en 2.21%.

En la misma línea, estimaciones más recientes de Citibanamex indican un menor incremento del PIB para 2021, bajando de 5.9% a 5%, y para 2022 de 2.7% a 1.9%.

Es probable que la falta de dinamismo se extienda hasta finales del año. El riesgo es que limite la creación de empleos y el bienestar de los hogares, y empeora con la inflación.

Efectivamente, es probable que la caída de la economía en el tercer trimestre prevista de manera preliminar se confirme una vez que el INEGI dé a conocer su cifra definitiva el próximo 25 de noviembre y que la falta de dinamismo se extienda hasta el último trimestre del año. Desde la perspectiva social, el riesgo mayor es que si este es el caso se limitaría la creación de empleos, se alejaría la mejoría del bienestar de los hogares y se mantendrían elevados los niveles de pobreza.

Un tema de preocupación importante es que, junto con la pérdida de impulso de la actividad económica, se presenta un repunte de la inflación. El constante aumento de los precios al consumidor ha tomado fuerza y ha ocasionado que las expectativas de inflación se eleven considerablemente. Para el cierre del presente año los especialistas anticipan una inflación de 6.6%, casi tres puntos porcentuales más que el pronóstico del inicio del año y 2.6 puntos por arriba del límite superior del objetivo del Banco de México.

Las consecuencias de la inflación sobre la desigualdad y el bienestar son bien conocidas. En ese sentido, el fenómeno equivale a un impuesto regresivo cuya carga recae mayormente en los sectores de menores ingresos.

Aunque las causas de la inflación son temporales, si perduran pueden desestabilizar las expectativas inflacionarias.

La mayor inflación observada tiene su origen primordialmente en la parte no subyacente del índice de precios al consumidor. En principio, las causas son los problemas de sincronización de la oferta y la demanda en diversas industrias  y diversas presiones estacionales, que son en su mayoría efectos temporales.

Lo anterior se refleja en el hecho de que las expectativas de los especialistas encuestados por el Banco de México apuntan a niveles de inflación menores en los próximos años. No obstante, se pronostica que, al menos durante los próximos dos años, la inflación se mantendrá por arriba del pronóstico puntual de 3% y muy cercano al nivel máximo de tolerancia del Banco.

Pero aun cuando las presiones de precios sean transitorias o temporales, si perduran pueden desestabilizar las expectativas de aumentos de precios. Si esto sucede, la inflación puede efectivamente salirse de control. Ello normalmente se manifiesta en las tasas de interés a plazos diversos.

El nivel y la estructura a plazos de las tasas de interés sugieren que las expectativas de inflación se han elevado.

Las expectativas de inflación se pueden apreciar en el nivel y la inclinación de la curva de la estructura a plazos de las tasas nominales de interés. Si en un momento dado la tasa implícita del instrumento de mayor plazo, digamos dos años, es mayor para el segundo año de vida de ese instrumento que la tasa de un instrumento de un año, hay un “premio inflacionario” para el futuro, en este caso el segundo año, el año siguiente.

Es natural que, por incertidumbre, el mercado determine un premio por inflación a tasas de interés en el futuro. Por ello es de esperarse que la curva de estructura a plazos de las tasas se incline hacia arriba a mayores plazos. Cuando las expectativas de inflación son reducidas y estables, dicha curva se mantiene en bajos niveles y relativamente plana. Pero un aumento de nivel o de inclinación de la curva de la estructura a plazos de las tasas indica que el mercado financiero incorpora implícitamente mayores expectativas de inflación en el futuro.

Este fenómeno se ha presentado en este año. Los cambios recientes en la estructura de tasas de interés sugieren que las expectativas de inflación han aumentado y se corre el riesgo de que se desestabilicen, o que se “desanclen” como a veces se le llama en la jerga de la política monetaria.

El deterioro de la economía desde 2018 y sin una política que aliente el crecimiento, contribuirá a una perspectiva de bajo crecimiento de la economía.

Desde 2018 la economía se ha visto afectada sensiblemente como consecuencia de diversas decisiones tomadas por el gobierno. Durante los primeros cinco trimestres de la nueva administración, antes de la crisis sanitaria, la economía cayó en mayor proporción (-1.8%) que en los cinco posteriores, ya con la pandemia (-1.2%).

Particularmente grave es que en este contexto las Mipymes han sido las más afectadas y donde se concentra el cierre prolongado, si no es que definitivo, de establecimientos, mismo que pudo haberse mitigado con una política gubernamental más adecuada, con una reasignación de gasto para apoyar temporalmente a estas empresas y a los hogares.

En un entorno como este es prácticamente un hecho que las expectativas de crecimiento se ajusten a la baja, tanto para el presente como para los próximos años. Sin una política más activa para mitigar los efectos de la prolongada falta de dinamismo económico, es poco probable que las expectativas mejoren. La probabilidad de que la inversión florezca es menor y por lo tanto también la de retomar una senda de crecimiento saludable.

México

Frente al menor dinamismo que muestra la actividad económica y la moderación de las expectativas, los niveles de confianza de directivos empresariales continúan mostrando cautela. En octubre el indicador de confianza empresarial del sector construcción aumentó 0.8 puntos respecto al mes previo, cifra que le permitió superar el umbral de los 50 puntos. No obstante, este avance fue menor al reportado en septiembre. En el caso del indicador de confianza del sector comerció en octubre se observó un aumento mensual de 0.2%, después de que un mes antes aumentara 1.1 puntos. El mejor desempeño se registró en la confianza del sector manufacturero que se elevó 0.8 puntos, después de tres meses consecutivos con datos negativos.  Respecto al mismo mes del año pasado, el indicador de confianza empresarial del sector construcción aumentó 8.1 puntos, el del sector comercio 12.6 puntos y el del manufacturero 10.4 puntos.

La percepción de los consumidores respecto a la situación actual y futura del hogar y de la economía en general sigue siendo prudente, posiblemente como consecuencia de la preocupación por las

condiciones precarias del mercado laboral y de los ingresos de los hogares. Durante octubre el indicador de confianza del consumidor aumentó 0.1 punto respecto al mes previo, después de que un mes antes tuviera un repunte de 0.9 puntos. La mayor prudencia de los consumidores se refleja en los indicadores que recogen su opinión acerca de la situación actual y futura del hogar que en octubre reportaron avances de 0.1 y 0.2 puntos respectivamente. Resalta el hecho de que el indicador que recoge la percepción sobre las posibilidades en el momento actual de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace un año, para realizar compras de muebles, televisor, lavadora, otros aparatos electrodomésticos, etc, registró una disminución de 0.2 puntos, después de que un mes antes aumentara 0.4 puntos. En cuanto a su opinión acerca de la situación actual y futura de la economía en general se observó una mejora de 0.4 y 0.9 puntos respectivamente.

Estados Unidos

El comportamiento del mercado laboral muestra indicios de una mejora superior a lo esperado. El Departamento del Trabajo informó que durante octubre las nóminas no agrícolas aumentaron en 531 mil trabajadores, cifra que además de superar los 400 mil que anticipaba el mercado, fue significativamente mayor a los 312 mil empleos que se crearon un mes antes, cifra que además se corrigió al alza desde 194 mil. La nómina del sector privado aumentó en 604 mil empleos, significativamente por arriba de los 390 mil previstos por el mercado. De esta manera, la tasa de desempleo se ubicó en 4.6%, dos décimas de punto porcentual por debajo del dato de septiembre y una décima inferior a la estimación del mercado. El mejor ambiente laboral refleja en buena medida la percepción de los empleadores de un entorno de demanda favorable.

El Census Bureau informó que durante septiembre el gasto total en construcción disminuyó 0.5%, porcentaje que además de contrastar con el pronóstico del mercado que anticipaba un aumento de 0.5%, fue su primera caída después de seis meses consecutivos con resultados positivos. Este comportamiento respondió a una baja de 0.4% en el gasto en construcción residencial y una baja de 0.6% en el no residencial. Durante septiembre todos los componentes del gasto de inversión mostraron resultados negativos. El gasto privado se contrajo 0.5% y a su interior el gasto residencial lo hizo en 0.4% y el no residencial en 0.6%. Por su parte, el gasto de gobierno en construcción disminuyó 0.7%, dentro del cual el residencial cayó 1.6% y el no residencial 0.6%. Al parecer estos resultados reflejan las presiones continuas de la cadena de suministro y los costos más altos para los constructores.

 

 

Reportacero

 

 

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