Colaborador Invitado

El problema de la informalidad

Esta semana el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) publicó el documento de la actualización de la medición de la informalidad en México 2003 – 2021. En 2021 la población informal fue el 55.8 por ciento del total. Por actividad económica, el comercio al por menor representó el 27.4 por ciento del total, seguido de la construcción con el 15.4 por ciento y la industria manufacturera con el 13 por ciento. Si bien la población informal es más de la mitad del total sólo contribuyó con el 23.7 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Estas altas tasas de informalidad tienen repercusiones adversas sobre la economía y el crecimiento potencial a través de menores índices de productividad. El sector informal no tiene acceso a financiamiento ni ahorro e inversión bancaria. Esta limitante le obstaculiza tener mayores tasas de crecimiento en su negocio y de generar ahorros futuros. Además, el sector informal no tiene acceso a los servicios de salud públicos como el IMSS y el ISSSTE, para trabajadores del sector privado y públicos, respectivamente. Finalmente, este sector tampoco tiene acceso a financiamiento para adquirir su propia vivienda, por ejemplo, con instrumentos financieros facilitados por el INFONAVIT.

A nivel macro una economía con baja productividad se refleja con un crecimiento potencial bajo. El ahorro es el componente más relevante para elevar la inversión productiva. Si el grueso de la población no está bancarizada es difícil tener mayores niveles de inversión productiva. Este no es un tema nuevo ya que los altos niveles de informalidad llevan décadas. Por otro lado, es una población que a falta de ahorro y de un sistema de pensión sufrirá de falta de recursos económicos cuando lleguen a la tercera edad.

Este problema no es exclusivo de México pero se ha combatido en otros países latinoamericanos de manera exitosa, por ejemplo, en Perú, Colombia y Brasil. El gobierno federal debiera facilitar el pago de impuestos, la incorporación al SAT, y promover capacitación y educación financiera para promover que más empresas se formalicen.

De continuar con esta tendencia el país tendrá tasas de crecimiento insuficientes para detonar los empleos que se requieren en el futuro. Además, tendremos una sociedad muy polarizada, una con mayor productividad que la otra y más protegida económicamente que la informal. El crecimiento del país podría multiplicarse de manera importante si se formlizara gran parte de la población informal.

El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA y profesor de Economía y Finanzas de EGADE Business School. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido. Fue el economista en jefe para México de Itau BBA, director general adjunto de Organismos Financieros Internacionales en la SHCP e investigador en el Banco de México.

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