Colaborador Invitado

El Banco Popular de China y la reforma a su estrategia cambiaria

Por Gabriela Siller

A diferencia de México en donde el régimen cambiario es de libre flotación, quedando la cotización del peso frente a otras divisas a merced del mercado, China mantiene, desde 2005, un esquema de tipo de cambio fijo para el yuan, teniendo como referencia al dólar y permitiendo (desde marzo de 2014) una fluctuación de 2% en ambos sentidos. Cada día, el Banco Popular de China había decidido una paridad central alrededor de la cual la divisa se debería mover durante la sesión. Dicho esquema había permitido una apreciación de 27% desde 2005 hasta marzo del 2014, cuando la paridad CNY/USD mostró una cotización promedio de 6.2037 yuanes por dólar, hasta el pasado lunes.

Esta semana, el Banco Popular de China reformó el esquema de operación para el yuan, divisa que no cotiza las 24 horas, asegurando que es una estrategia con mayor orientación de mercado. El nuevo esquema consiste en que los hacedores de mercado, previamente designados por oficiales, reporten sus operaciones al Sistema Cambiario de China (CFETS por sus siglas en inglés) y que además (entre otras condiciones) deberán tener como punto central de referencia diario, el precio de cierre del día anterior, lo cual permitirá que se observen, a diferencia de antes, movimientos de oferta y demanda en el mercado cambiario.

A pesar de que los movimientos del yuan tendrán una mayor influencia del mercado, el Banco Central seguirá de cerca el mercado cambiario para controlar las expectativas y asegurarse que el mecanismo lleve al tipo de cambio a un equilibrio de mercado, el cual está definido por el mismo Banco Central y que puede ser subjetivo, dejando espacio para acciones intervencionistas en el mercado, lo cual difiere en gran medida con un mecanismo de libre flotación.

De acuerdo a los comentarios oficiales, el principal objetivo del nuevo esquema cambiario está en dar una mayor orientación de mercado al yuan, con la intención de que la divisa pueda mostrar movimientos en línea con el resto de las divisas globales, evitando presiones no deseadas en el mediano plazo.

Existen otras dos motivaciones para las autoridades chinas que podrían estar detrás de la reciente devaluación del yuan y del cambio en el mecanismo de cotización diaria. En primer lugar está una evidente desaceleración de la economía china, la cual con dificultad podría cerrar el 2015 con un crecimiento por arriba de 7%. Apenas la semana antepasada se publicó una caída anual de 8.3% en las exportaciones chinas de julio, por lo cual una devaluación de la divisa podría estimular la demanda por bienes provenientes de China. No obstante, en los primeros tres días del nuevo mecanismo, el yuan sólo perdió 3.03% frente al dólar, lo cual resulta insuficiente para estimular al comercio exterior en el mediano plazo.

Un segundo motivo por el cual el Banco Popular de China pudo optar por dar una orientación de mercado a la cotización del yuan, está en su intención de que el Fondo Monetario Internacional le otorgue el título de divisa de reserva, incluyéndolo en una canasta de monedas que integran los Derechos Especiales de Giro. El FMI se reunirá en noviembre (como cada cinco años) para evaluar si realiza alguna modificación a la canasta de divisas, en donde el dólar estadounidense actualmente conserva un peso de 42%, seguido del euro con más de 37% y la libra esterlina con 11.3%, mientras que el yen ocupa el 9% restante. La reciente acción del Banco Popular de China fue considerada positiva por parte del FMI, el cual queda a la espera de que el yuan alcance un mecanismo de libre flotación en pocos años.

Por ahora, a pesar de que se especula que la reciente decisión del Banco Central de China podría iniciar una guerra de divisas, es altamente probable que el resto del mercado cambiario continuará a la espera de que la Reserva Federal comience a normalizar su política monetaria antes de terminar el año, favoreciendo al dólar de manera unilateral. Cabe agregar que devaluaciones adicionales del yuan frente al dólar podrían complicar las expectativas para empresas exportadoras de bienes a China, particularmente en Estados Unidos y Europa, teniendo efectos negativos de corto plazo en los mercados de capitales, tal como ocurrió durante las jornadas del 11 y 12 de agosto, y potenciando las pérdidas de las divisas de economías emergentes frente al dólar.

Gabriela Siller Pagaza, Directora de análisis económico-financiero de Banco Base

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