Colaborador Invitado

China y los bonos del Tesoro, el peligro más grande de la desaceleración.

Por Gabriela Siller

China es la segunda economía grande del mundo, pero desde 2010 se ha estado desacelerando, primero como consecuencia de la crisis financiera de Estados Unidos (EU) que la afectó en sus exportaciones y luego por el exceso de capacidad instalada, que propició un menor ritmo de crecimiento en la inversión, el componente más importante del PIB chino.

Desde el inicio de la desaceleración y ahora con más fuerza se habla de las consecuencias sobre la economía global de una crisis en China. En el aspecto real de la economía, el efecto dominó se espera se vea reflejado sobre el comercio global, ya que China compra anualmente de otros países 1.96 billones de dólares, 84% de lo que importa Estados Unidos. Sus principales socios comerciales son Corea del Sur, Alemania y EU. De este último China importa al año 154 mil millones de dólares, representando el 10.03% de las exportaciones de EU, las cuales a su vez representan el 0.71% del PIB. Así, una caída de 1% en las exportaciones de EU a China, se vería reflejada en una caída menor a 0.01% en el PIB de EU, tomando en cuenta sólo las cifras de comercio exterior.

Para otros países existe una mayor correlación entre el crecimiento de su economía y las compras de los chinos. Entre los países más afectados por una mayor desaceleración en China se encuentra Australia, seguido de Corea del Sur y Japón ya que del total de sus exportaciones, las que tienen como destino China representan el 35.7, 31.4 y 21.5% respectivamente. Este efecto no es nuevo y estos países lo han resentido desde el inicio de la desaceleración.

Por el lado de la economía financiera existen dos posibles efectos. Los saldos morosos en China llevan meses incrementándose a lo que el gobierno de ese país ha respondido con medidas estrictas para el otorgamiento de crédito, propiciando un menor ritmo de crecimiento del crédito bancario y un aceleramiento de la banca en sombra, la cual no está regulada. La banca, que principalmente es propiedad del gobierno chino, ya ha mostrado una falta importante de liquidez, que se evidenció con las inyecciones de liquidez hechas por el gobierno. De la banca en sombra no existen datos oficiales pero es de esperarse que algunas lleguen a la quiebra, afectando a sus inversionistas, que son chinos. A diferencia de la crisis financiera de Estados Unidos, no se espera que la quiebra de bancos (en este caso en sombra) tenga un efecto se dominó importante sobre el sistema financiero global, debido a que la banca estadounidense actúa como contraparte de la banca en muchos países, mientras que la banca en China no juega este papel y tampoco tiene deuda emitida a nivel global que podría dejar de pagar. Sin embargo, es de esperarse que entre más se agudice la desaceleración, se incrementen más las necesidades de financiamiento de China, para solventar la falta liquidez de los bancos y es aquí donde podría darse el efecto más peligroso sobre EU. China posee alrededor de 20.4% de los bonos del Tesoro estadounidense, siendo el segundo acreedor externo más importante. Si la necesidad de liquidez llega a ser importante, China podría optar por hacer líquidos sus activos, vendiendo Bonos del Tesoro de EU, provocando un incremento significativo en la tasa de estos bonos y un desequilibrio financiero en EU, que aún no termina de recuperare de la crisis del 2009. Por supuesto, las “olas” provocadas por la venta masiva de los bonos del Tesoro tendrían consecuencias sobre el resto del sistema financiero, por lo que la desaceleración china, aunque esté lejos, es razón de preocupación.

 

Gabriela Siller Pagaza, Directora de análisis económico-financiero de Banco Base

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