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Hay cifras alentadoras, pero no una dinámica sólida de recuperación.- CEESP

10 de mayo de 2021.- De acuerdo con el Análisis Económico Ejecutivo de esta semana del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, CEESP, hay cifras alentadoras y las expectativas mejoran, pero no se advierte aún una dinámica sólida de recuperación económica.

Señala que el informe de la Secretaría de Hacienda presenta un análisis de la evolución de la economía y una visión de las finanzas públicas muy positivas.

Añade que cuando las cifras se analizan desde perspectivas distintas, más utilizadas y adecuadas, el panorama es menos positivo, tanto en lo económico como en lo fiscal.

“Los ingresos públicos recurrentes muestran una fragilidad acorde con la situación de la economía. El gasto público se concentra en las prioridades del gobierno y no parece priorizar a Salud, como podría suponerse”, señala.

La inversión pública continúa cayendo y se requiere mayor transparencia en cuanto a la ejecución de los proyectos de inversión insignia de la administración.

LAS FINANZAS PÚBLICAS Y LA NARRATIVA OFICIAL DEL  PRIMER TRIMESTRE DEL AÑO

Los pronósticos de crecimiento de la economía continúan ajustándose cada vez más al alza. Pero ello todavía se debe principalmente al efecto aritmético propio de un período posterior a una fuerte recesión.

A pesar de los anuncios de algunos indicadores que presentan cifras alentadoras, aún no se advierte una dinámica sólida de recuperación de la actividad productiva.

Los resultados de la encuesta de expectativas que realizó el Banco de México en abril entre los especialistas del sector privado arrojan un pronóstico promedio de crecimiento de 4.76% para el presente año, porcentaje superior en 0.23 puntos porcentuales a la estimación del mes previo y 1.22 puntos por arriba del pronóstico de diciembre pasado.

Asimismo, los niveles de confianza revelados en las encuestas del INEGI indican que las expectativas respecto a la situación actual y futura de la economía de directivos empresariales y consumidores han mejorado.

Es posible que el discurso de las autoridades y el uso de la información en los diferentes reportes oficiales hayan influido, al menos en parte, en la mejoría de las expectativas.

En su informe sobre las finanzas y la deuda públicas al primer trimestre del año, la SHCP destaca claramente un entorno económico muy positivo apoyado en supuestas medidas de política pública instrumentadas y que presumiblemente conforman la base de una recuperación rápida y sólida.

Ciertamente, es claro que, bajo las circunstancias actuales hay elementos un tanto alentadores respecto a la evolución de la economía y que las finanzas públicas en general están bajo control.

No obstante, la manera en que se presenta el informe exagera en ambos puntos mediante un tratamiento sesgado de las cifras.

El boletín de prensa publicado por la SHCP empieza señalando que se mantienen las expectativas de un crecimiento de 5.3% para el presente año como consecuencia del fortalecimiento del mercado interno, del proceso de vacunación acelerado y del impacto proveniente del dinamismo que muestra la economía de los Estados Unidos.

Cabe comentar que, primero, el fortalecimiento del mercado interno es, en todo caso, frágil. Ello debido a factores como la precarización de la economía de los hogares, que a su vez se relaciona con el hecho de que aún no se recuperan los empleos e ingresos perdidos durante la pandemia y a la dificultad que tienen muchas empresas de operar a capacidad y crear nuevos puestos de trabajo.

La narrativa oficial y la forma en que se maneja la información de Hacienda parece enfocarse en motivar un entorno político y social optimista que haga pensar que la crisis está quedando atrás rápidamente. Sin embargo, en varios puntos, cuando se cambia la perspectiva, dichas aseveraciones se ven distintas y en ocasiones resultan incorrectas.

La SHCP indica que al cierre del primer trimestre del año las plazas laborales aumentaron en 956 mil, con respecto al cierre de 20201/. Ello puede provocar una opinión equivocada del dinamismo del mercado laboral. Sobre todo, cuando el reporte señala que, con base en este comportamiento, a marzo se había recuperado el 96.5% de los empleos prevalecientes antes la pandemia, es decir en marzo del 2020, a primera vista un resultado favorable. Pero no lo es cuando se considera que la misma fuente señala que el número de trabajadores ocupados es todavía 2 millones menor que en marzo de 2020. O bien que en marzo pasado había 2.6 millones de personas sin trabajar que sí lo hacían un año antes2/. Estas cifras son significativas: representan el 10% y 13% del empleo formal, medido por el número de trabajadores afiliados al IMSS.

El documento también resalta el repunte de 1.0% del consumo privado y de 3.3% en la inversión fija bruta durante enero, lo que significó que de manera acumulada crecieran 22.4% y 39.2%, respectivamente, desde su nivel más bajo en mayo del 2020. Este avance parece sorprendente, pero no lo es cuando se considera que en el mes citado tanto el consumo como la inversión estaban todavía por debajo de sus niveles previos a la pandemia. Más aún, la inversión en enero pasado fue 12.4% inferior a su nivel del cierre del 2018 y 20.2% menor al mes de elecciones presidenciales en 2018.

Segundo, las autoridades consideran al proceso de vacunación “acelerado” como factor importante para la recuperación. Aparentemente, la idea de vacunación acelerada se basa en la cantidad de vacunas adquiridas, o en vía de hacerlo, y de dosis diarias aplicadas. En efecto, México se sitúa relativamente alto dentro de un grupo de 162 países en dosis aplicadas (duodécimo lugar) y en dosis diarias (décimo lugar)3/.

Sin embargo, cuando se examina la velocidad de vacunación tomando en cuenta el tamaño de la población, el panorama se ve distinto y el país parece más bien atrasado. Dentro del universo de países señalado, México se encuentra en lugar 66 en dosis aplicadas por cada 100 personas. Las cifras4/ indican que con la velocidad actual de vacunación en México (0.26% al día), el efecto rebaño (70% de la población vacunada completamente) se podría lograr hasta finales del 2022, lo que coloca a nuestro país en el lugar 65 de 107 países que se analizan en este tema. No obstante, las autoridades señalan que el proceso de vacunación podría concluir en el primer trimestre del próximo año.

Cabe comentar que, primero, el fortalecimiento del mercado interno es, en todo caso, frágil. Ello debido a factores como la precarización de la economía de los hogares, que a su vez se relaciona con el hecho de que aún no se recuperan los empleos e ingresos perdidos durante la pandemia y a la dificultad que tienen muchas empresas de operar a capacidad y crear nuevos puestos de trabajo.

La narrativa oficial y la forma en que se maneja la información de Hacienda parece enfocarse en motivar un entorno político y social optimista que haga pensar que la crisis está quedando atrás rápidamente. Sin embargo, en varios puntos, cuando se cambia la perspectiva, dichas aseveraciones se ven distintas y en ocasiones resultan incorrectas.

La SHCP indica que al cierre del primer trimestre del año las plazas laborales aumentaron en 956 mil, con respecto al cierre de 20201/. Ello puede provocar una opinión equivocada del dinamismo del mercado laboral. Sobre todo, cuando el reporte señala que, con base en este comportamiento, a marzo se había recuperado el 96.5% de los empleos prevalecientes antes la pandemia, es decir en marzo del 2020, a primera vista un resultado favorable. Pero no lo es cuando se considera que la misma fuente señala que el número de trabajadores ocupados es todavía 2 millones menor que en marzo de 2020. O bien que en marzo pasado había 2.6 millones de personas sin trabajar que sí lo hacían un año antes2/. Estas cifras son significativas: representan el 10% y 13% del empleo formal, medido por el número de trabajadores afiliados al IMSS.

El documento también resalta el repunte de 1.0% del consumo privado y de 3.3% en la inversión fija bruta durante enero, lo que significó que de manera acumulada crecieran 22.4% y 39.2%, respectivamente, desde su nivel más bajo en mayo del 2020. Este avance parece sorprendente, pero no lo es cuando se considera que en el mes citado tanto el consumo como la inversión estaban todavía por debajo de sus niveles previos a la pandemia. Más aún, la inversión en enero pasado fue 12.4% inferior a su nivel del cierre del 2018 y 20.2% menor al mes de elecciones presidenciales en 2018.

Segundo, las autoridades consideran al proceso de vacunación “acelerado” como factor importante para la recuperación. Aparentemente, la idea de vacunación acelerada se basa en la cantidad de vacunas adquiridas, o en vía de hacerlo, y de dosis diarias aplicadas. En efecto, México se sitúa relativamente alto dentro de un grupo de 162 países en dosis aplicadas (duodécimo lugar) y en dosis diarias (décimo lugar)3/.

Sin embargo, cuando se examina la velocidad de vacunación tomando en cuenta el tamaño de la población, el panorama se ve distinto y el país parece más bien atrasado. Dentro del universo de países señalado, México se encuentra en lugar 66 en dosis aplicadas por cada 100 personas. Las cifras4/ indican que con la velocidad actual de vacunación en México (0.26% al día), el efecto rebaño (70% de la población vacunada completamente) se podría lograr hasta finales del 2022, lo que coloca a nuestro país en el lugar 65 de 107 países que se analizan en este tema. No obstante, las autoridades señalan que el proceso de vacunación podría concluir en el primer trimestre del próximo año.

El gasto de la secretaría de energía tuvo un incremento de 213.1% y el gasto en bienestar uno de 11.4%. En términos absolutos, el aumento del gasto en estas dos secretarías representó casi la mitad del aumento del gasto de los ramos administrativos, mismo que se incrementó en 32.2%.

Curiosamente, las erogaciones de la secretaría de educación aumentaron 40.6%, y el gasto de la función Educación9/ lo hizo en 14.2% en términos reales, lo que resulta extraño en meses sin clases presenciales.

En contra de lo que pudiera anticiparse dada la prevalencia de la pandemia, la secretaría de salud gastó un monto menor en 26.4% respecto al primer trimestre del año pasado y las erogaciones de toda la función Salud fueron 2.6% menores. Estas cifras no revelan una gran prioridad de la función pública ante la emergencia sanitaria y contradicen las afirmaciones oficiales sobre la atención a los problemas de pandemia.

Por su parte, la inversión física pública continuó cayendo en los primeros tres meses del año, en 3.5% real anual. Llama la atención que, en el cuadro de inversión presupuestaria del sector público, el rubro de “otros” ocupa más de la mitad del desglose de la inversión y es el único significativo que crece (13.5%). Esto obedece a que en este renglón se integra la inversión de los ramos autónomos, del resto de ramos administrativos y de los ramos generales. Aunque los rubros de educación y salud muestran avances, su importancia relativa es insignificante respecto a la inversión total (0.1%y 1.2% respectivamente).

En cuanto a la clasificación funcional de la inversión, los únicos rubros de importancia que crecen de manera notoria son Seguridad Nacional, que en buena medida refleja el efecto del proyecto del aeropuerto de Santa Lucía, que está asignado a la Secretaría de la Defensa, así como Transporte, que pareciera reflejar el efecto de las obras del tren Maya, aunque hay que recordar que esta obra estaba asignada a la Secretaría de Turismo. Pero eso no concuerda con que este rubro solo asigna 46.4 millones de pesos a inversión en el cuadro referido. En relación con la Refinería de Dos Bocas, en esta clasificación no aparece su avance en inversión, toda vez que se excluye a Pemex y es esta empresa la que tiene a cargo el proyecto, esto explicaría la caía de 16.8% en la función de Energía.

Claramente, en aras de la transparencia es necesario que los informes sean más explícitos al respecto al avance de los proyectos de inversión prioritarios de la administración.

En su conjunto, las finanzas públicas cerraron el trimestre con un déficit público de 83 mmp, que contrasta con el superávit de 27 mmp del mismo lapso del año pasado. Por su parte, el balance primario fue superavitario y sumó 54.1 mmp, cifra 2.5 veces menor a la de un año antes.

En conclusión, el informe trimestral muestra un entorno general favorable y optimista en función de los resultados recientes de diversos indicadores económicos. Sin embargo, parte de ese comportamiento refleja solamente el efecto aritmético por el contraste con una base sumamente deprimida y el diagnóstico oficial se basa solo en comparaciones que abonan al optimismo. De hecho, casi ningún indicador ha retomado su nivel prepandemia, y mucho menos el que tenía previo al inicio del sexenio.

Los resultados de las finanzas públicas por su parte, se presentan mediante su comparación con las cifras programadas, que son sólo indicativas, y cuando se examina su evolución en el tiempo muestran, por un lado, la debilidad de las fuentes de recursos y su dependencia de ingresos no recurrentes; y, por el lado del gasto, su fuerte incremento en circunstancias de recesión, la fuerte necesidad de recursos para atender las necesidades primarias de la población, como educación y salud, y como esta última función no parece, desde el punto de vista del ejercicio de gasto, ser una prioridad.

MEXICO

El favorable comportamiento que han mostrado algunos indicadores a principios del año, se refleja una mejora de las expectativas de directivos empresariales y consumidores.

De acuerdo con la encuesta de confianza empresarial, durante abril la percepción de los dirigentes empresariales acerca de la situación actual y futura de su empresa como de la economía en general siguió mejorando. Incluso continuó mejorando su opinión en cuanto al momento indicador para invertir. El indicador de confianza empresarial en el sector construcción aumento en 0.8 puntos porcentuales respecto al mes previo, lo que permitió que con  respecto al mismo mes del año pasado reportara un aumento de 7.5 puntos. Por su parte, la confianza en el sector manufacturero mejoró en 3 puntos, que fue su mayor avance en los últimos diez meses. Respecto al año pasado aumentó en 11.8 puntos. En el caso del indicador de confianza en el sector comercio se observó un avance mensual de 2.1 puntos y uno anual de 10.4 puntos. Resalta que los tres indicadores de confianza registraron su segundo mes consecutivo con cifras positivas, después de 20 meses ininterrumpidos en los que se reportaron cifras negativas. Sin embargo, a pesar de este paulatina mejora en la percepción de los dirigentes empresariales, en los tres casos el indicador de confianza se mantiene por debajo de la línea de los 50 puntos: para el sector construcción desde hace 30 meses, para el manufacturero 19 meses y para el de comercio 18 meses.

La percepción de los consumidores también ha respondido a la mejora de algunos indicadores. Las cifras del INEGI muestran que en abril el indicador de confianza del consumidor aumentó 1.6 puntos respecto al mes previo. Destaca que los mayores aumentos se dieron los indicadores que recogen la opinión acerca de la situación actual de los hogares (2.3 puntos) y la posibilidad de adquirir bienes duraderos (2.5 puntos). De esta manera, al comparar de manera anual el indicador de confianza del consumidor se observa un avance de 10.2 puntos, que fue el primero después de 16 meses seguidos con variaciones negativas. A pesar de ello, se mantiene por debajo de la línea de 50 puntos desde que inició su publicación en 2001.

El favorable comportamiento que han mostrado algunos indicadores a principios del año, se refleja una mejora de las expectativas de directivos empresariales y consumidores.

De acuerdo con la encuesta de confianza empresarial, durante abril la percepción de los dirigentes empresariales acerca de la situación actual y futura de su empresa como de la economía en general siguió mejorando. Incluso continuó mejorando su opinión en cuanto al momento indicador para invertir. El indicador de confianza empresarial en el sector construcción aumento en 0.8 puntos porcentuales respecto al mes previo, lo que permitió que con  respecto al mismo mes del año pasado reportara un aumento de 7.5 puntos. Por su parte, la confianza en el sector manufacturero mejoró en 3 puntos, que fue su mayor avance en los últimos diez meses. Respecto al año pasado aumentó en 11.8 puntos. En el caso del indicador de confianza en el sector comercio se observó un avance mensual de 2.1 puntos y uno anual de 10.4 puntos. Resalta que los tres indicadores de confianza registraron su segundo mes consecutivo con cifras positivas, después de 20 meses ininterrumpidos en los que se reportaron cifras negativas. Sin embargo, a pesar de este paulatina mejora en la percepción de los dirigentes empresariales, en los tres casos el indicador de confianza se mantiene por debajo de la línea de los 50 puntos: para el sector construcción desde hace 30 meses, para el manufacturero 19 meses y para el de comercio 18 meses.

La percepción de los consumidores también ha respondido a la mejora de algunos indicadores. Las cifras del INEGI muestran que en abril el indicador de confianza del consumidor aumentó 1.6 puntos respecto al mes previo. Destaca que los mayores aumentos se dieron los indicadores que recogen la opinión acerca de la situación actual de los hogares (2.3 puntos) y la posibilidad de adquirir bienes duraderos (2.5 puntos). De esta manera, al comparar de manera anual el indicador de confianza del consumidor se observa un avance de 10.2 puntos, que fue el primero después de 16 meses seguidos con variaciones negativas. A pesar de ello, se mantiene por debajo de la línea de 50 puntos desde que inició su publicación en 2001.

Estados Unidos

A pesar de que el empleo continuó aumentando, el resultado de abril fue decepcionante, toda vez que el Departamento del Trabajo informó que el empleo no agrícola aumentó en solo 266 mil plazas, cuando un mes antes se crearon 770 mil empleos y el mercado anticipaba la creación de un millón de nuevos puestos de trabajo. En el sector privado se crearon 218 mil empleos, cuando el pronóstico del mercado anticipaba la creación de 820 mil. De esta manera, la tasa de desempleo de abril fue del 6.1%, una décima de punto porcentual mayor a la reportada un mes antes y superior en tres décimas al pronóstico del mercado. Los especialistas consideran que este debilitamiento en la creación de empleos se puede relacionar con el argumento de que los beneficios por desempleo por cuestiones de la pandemia, han creado un desincentivo para buscar trabajo.

El Census Bureau informó que en marzo el gasto en construcción aumentó 0.2%, porcentaje que contrasta con la caída de 0.6% del mes previo, pero que resulta inferior a la estimación del mercado que anticipaba un avance de 1.6%. Este resultado reflejó, principalmente, el repunte de 0.7% en el gasto en construcción del sector privado, toda vez que el del sector público se contrajo 1.5%. Por tipo de gasto, el destinado a la construcción residencial aumentó 1.7%, en tanto que el gasto en construcción no residencial disminuyó 1.1%. Específicamente, el gasto en construcción privada fue impulsado por un aumento del 1.7% en el gasto residencial, en tanto que el no residencial cayó 0.9%. Por su parte, la disminución en el gasto público en construcción fue impulsada por una baja 1.5% tanto en el gasto no residencial como en el residencial.

 

 

Reportacero

 

 

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