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Iniciativa de Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación: análisis por jóvenes investigadores

Se busca fomentar el desarrollo científico en beneficio de México e impulsar el crecimiento económico con base en la producción nacional.

La iniciativa de ley es una ventana de oportunidad para fomentar a través de la academia, el estudio y la investigación sobre manufacturas y sumar a las empresas para impulsar el desarrollo de una política industrial.

Asistentes de algunas de las universidades más importantes del país platicaron sobre los beneficios que tendría la Ley General en Materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación: análisis por jóvenes investigadores en un foro organizado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

La coordinación del evento estuvo a cargo del Dr. José Antonio Romero Tellaeche, director del CIDE, quien resaltó la importancia de la iniciativa, que consolida y reivindica el carácter humanista y dialógico de la política científica y tecnológica del país, mediante propuestas vinculadas a las Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación, buscando fortalecer a las comunidades, al desarrollo de capacidades y a la soberanía nacional.

Recalcó la relevancia de dirigir la investigación hacia las manufacturas: “el crecimiento económico depende de la capacidad de innovación y desarrollo científico, se debe reconocer el esfuerzo del CONACYT de cómo orientar el conocimiento científico para crear riqueza, como lo han hecho otros países, donde el estado guía esta investigación en sectores productivos”, señalo el director del CIDE.

El foro estuvo conformado por cuatro bloques en los que se analizaron los siguientes temas; la ciencia como un derecho humano; Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación; Sistema Nacional de Investigadores; financiamiento público a las Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación. Se mencionaron los beneficios que traerá la Ley para el sector industrial mexicano en su conjunto, el cual, tendrá que aprovechar las oportunidades para fomentar, a través de la academia, el estudio y la investigación sobre manufacturas y sumarse para impulsar el desarrollo de una política industrial en México.

Se comentó que la iniciativa confirma a la ciencia como derecho fundamental y reconoce la importancia de garantizar otros derechos como la alimentación y el acceso tanto a la salud como a la información; principios que desconoce la actual Ley de Ciencia y Tecnología (CYT) vigente.

El proyecto de Ley promueve que el financiamiento para las humanidades, las ciencias, las tecnologías y la innovación se incrementen de manera progresiva sin que sean posibles las regresiones; incluye mecanismos de aportación y colaboración por parte de la iniciativa privada, sin que ello implique un cheque en blanco ni falta de reglas para la rendición de cuentas. Incluso, amplía las fuentes de recursos al convocar a los gobiernos estatales a participar en el financiamiento público.

En conclusión, aunque la iniciativa de Ley está enfocada en la academia, es posible sumar los esfuerzos de la iniciativa privada mexicana a la propuesta del ejecutivo y capitalizar a favor de México los principios fundamentales en los que coinciden ambos sectores, el impulso a la sustitución de importaciones, el fomento a la producción y sobre todo al consumo nacional, generar crecimiento económico y desarrollo para el país.

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