Colaborador Invitado

La búsqueda por la neutralidad de carbono en la industria del acero

Por Alejandro Wagner*

Un futuro más sustentable para nuestro planeta y la sociedad global se está posibilitando cada vez más gracias a las innovaciones que provienen de un mundo más conectado y de una sociedad más consciente. La industria está evolucionando, impulsada por factores como la transformación digital, los cambios en el consumo y comportamiento de las personas, la amplia atención al cuidado del medio ambiente y a la producción verde en todo el mundo. Esta evolución (o revolución por estos tiempos), debe tener una mirada realista de lo que es factible y practicable, de modo que podamos entender efectivamente lo que podemos hacer hoy y lo que podremos lograr en un futuro.

Especialmente en la industria del acero, cuando se habla de sustentabilidad, hay importantes puntos a destacar. El acero, a diferencia de una gran parte de otros materiales, es infinitamente reciclable, lo que lo torna clave para impulsar la descarbonización del planeta, siendo que es sus aplicaciones son muy diversas y ligadas al desarrollo de los países. A su vez, el acero está íntimamente conectado a las energías renovables, como usuario (fuente de energía para producir acero) y proveedor (construcción de paneles solares, torres eólicas y otros sistemas).

Para lograr niveles más altos de eficiencia, la industria siderúrgica monitorea de cerca los cambios radicales en las tecnologías utilizadas para la producción de acero. Sabemos que existen tecnologías con bajas emisiones de carbono, y varias encuestas indican que para 2030 se habilitarán nuevas tecnologías capaces de aumentar aún más la eficiencia de la industria. Sin embargo, para el sector del acero, que emite una porción considerable de las emisiones mundiales de energía y depende en gran medida del carbón, las alternativas comercialmente viables aún se encuentran en una etapa temprana.

Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), el sector siderúrgico es responsable por entre el 7% a 9% del total de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Del total emitido por la industria del acero mundial, Latinoamérica es responsable por una parcela menor de 2,8%. La AIE estima que la industria podría reducir aproximadamente un 50% sus emisiones en una primera etapa, impulsado por mejoras tecnológicas de procesos y productos, el reciclaje de chatarra y la captura y almacenamiento de carbono.

A fines de contribuir a la revisión de la hoja de ruta de descarbonización da la AIE, Alacero está constantemente estudiando iniciativas en diferentes regiones y comparando con el avance de las siderúrgicas latinoamericanas. En este sentido y pensando en un futuro posterior al COVID-19, uno de los temas relevantes es la trayectoria de Europa hacia una producción sustentable. Con una estrategia enfocada en recuperar la economía de una manera más eficiente, limpia y sustentable, a través de la denominada European Green Deal. Desde América Latina, debemos discutir como adaptar estas iniciativas a nuestras realidades.

No obstante, en la región ya contamos con empresas comprometidas con la agenda de descarbonización 2030 / 2050. Algunas ya declararon públicamente sus metas de reducción de CO2 para 2030 y otras incluso se comprometieron a lograr neutralidad de emisiones hasta 2050. Entre ellas están, ArcelorMittal, Aza, Ternium y Tenaris.  Además, CAP Acero tiene el suministro de 100% por energías renovables, Gerdau vinculó los bonos de sus ejecutivos con metas ESG, más específicamente con reducción de emisiones, y Usiminas declaró su comprometimiento con reducción de emisiones el 2021.

Parte de estos esfuerzos, involucran plantas con ISO 50.001, un estándar que certifica a las compañías que desarrollan una política para un uso más eficiente de la energía. Una investigación realizada por Alacero muestra que sus socios ya tienen plantas certificadas y otros más están buscando por dicho estándar: CAP Acero, Ternium, ArcelorMittal, Gerdau y Tenaris. Por su parte, la certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) también colabora a estos esfuerzos de sustentabilidad. La planta de Tenaris TAMSA en México, fue la única que obtuvo esta certificación, emitida por el Green Building Council, como un reconocimiento a su eficiencia y cuidado ambiental, tanto de sus procesos como de sus instalaciones.

Un factor fundamental para todos estos desarrollos será el Financiamiento, considerando las grandes necesidades de inversión que ser requerirán. Una inicitativa interesante, es la de los principales prestamistas del sector del acero (Citi, Goldman Sachs, ING, Societe Generale, Standard Chartered y UniCredit), que se han unido para definir estándares de acción comunes para la descarbonización de la industria del acero, a través de un acuerdo financiero colectivo. Se espera que iniciativas como estas, sean anunciadas durante la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en noviembre de 2021 (COP26) en Glasgow, Escocia. En dicha cumbre, la expectativa también se posa sobre los gobiernos, para que presenten de manera más determinada lo que se espera de reducción para el sector y las eventuales políticas públicas que favorezcan las condiciones.

Vemos que este enfoque sin duda tendrá un impacto en los mercados, ya que incluirá probablemente la discusión sobre temas como precios al Carbono y ajustes en frontera, políticas que están avanzadas en Europa y USA, y que América Latina deberá comenzar a discutir. Como ya se ha mencionado en otras oportunidades, un mayor uso de chatarra ferrosa, biomasa y fuentes renovables, son algunas de las iniciativas clave para el impulso regional de descarbonización del acero en una primera etapa. Sin embargo, un marco normativo y regulatorio, así como las condiciones económicas, políticas e institucionales, son igualmente importantes.

*Alejandro Wagner es Director Ejecutivo de Alacero

 

 

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