Colaborador Invitado

La pobreza humana

Por María Dolores Ortega

Que caro estamos pagando nuestra pobreza, y no me refiero a la material sino a la humana.

En los últimos años, meses, semanas, días han sido escalofriantes los acontecimientos ocurridos contra mujeres, niñas. El ser humano ha demostrado lo peor de sus entrañas.

La pobreza humana que impera en nuestro País, en Nuevo León, es un mal que padecen todas las clases sociales.

Las muertas que hoy lloramos han sido también mujeres profesionistas, con una preparación académica más allá de sólo educación primaria.

Impensable, que la persona que tanto amaste y te amó sea capaz de causarte tanto daño, hasta matarte.

Nuevo León, el Estado líder y ejemplo para el resto del País, a decir de las cifras oficiales y de organizaciones civiles encabeza la deshonrosa primera posición.

Esto a pesar de la bonanza económica que gozan sus familias, en comparación con las del resto del País.

¿Y de su alto nivel educativo?, saben que las familias de Nuevo León además de destinar al gasto educativo el doble de lo que lo hacen las del resto del País, son las que mayor recursos asignan a este rubro, según la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de INEGI.

Que en Nuevo León los trabajadores registrados en el IMSS tienen el cuarto salario más alto del País, que es donde mayor cantidad de personas, sólo después de la Ciudad de México, ganan más de $65,000 mensuales.

Entonces, la pobreza humana no es material sino del corazón, del espíritu, del alma. ¿Falta amor? Si. Y claro que FALTA IGUALDAD, en todos los ámbitos: en lo familiar, en lo profesional, en lo económico, en lo político,…

Hay en nuestro País 7.82 millones de mujeres que a diario contribuimos a la generación de riqueza, tan sólo en el sector formal –las inscritas en el IMSS-. Representamos el 38.1% del total de la mano de obra formal de México.

De acuerdo al IMSS, mientras que el salario diario promedio de los hombres es de $416.40 el de las mujeres es de $363.50, un diferencial de $1,587 menos mensuales.

Pero, adicional a lo económico, habría que añadir el trabajo mental que tenemos las mujeres casadas y con hijos, el desequilibrio es evidente cuando solo las mujeres saben qué hace falta en la despensa, cuáles son las tareas de los hijos, si hay ropa limpia o planchada, el aseo de la casa, los compromisos escolares, etc, etc,…

Claro que urge IGUALDAD y equidad, claro que urge decir ya basta, claro que urge equilibrio de responsabilidades, claro que urge creérnosla, claro que urge salarios justos, claro que urge mayor participación en los tres poderes: en el ejecutivo, en el judicial y en el legislativo, claro que urge mujeres empoderadas capaces de servir y defender a los demás,…

¿Hay avances? Muy lentos.

Mi esperanza, es que la IGUALDAD y EQUIDAD generen respeto a NUESTRAS VIDAS, sigamos luchando por conseguirla, es nuestra tarea, porque repito es nuestra ESPERANZA para VIVIR.

La Lic. Ortega Paredes es Economista de la UANL, tiene una Maestría en Negocios-Finanzas de la UMM; es Consultora de Finanzas y Pensiones de Previniendo Tu Futuro Económico; Conferencista de temas Económicos; fue Asesora Económica del Sector Patronal en CONASAMI (2015-2019); y colaboró de Periodista en Grupo Reforma 15.5 años.

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