Colaborador Invitado

La República de su delirio

AMLO muestra que la ley es su ley, y que la prosperidad no importa, lo que importa es su gobierno.

ACCIONES Y RAZONES/Efraín Klériga/Diciembre 7, 2022

En el mundo fantástico de Andrés Manuel López Obrador los medios que no viven del presupuesto público y que intentan ser plurales y objetivos, son “el boletín del conservadurismo”, “facciosos”, “pasquines”.

Para él, La Jornada, SDP, el Sistema Público de Radiodifusión, y otros medios también alimentados desde el Erario para vitorearlo en Twitter, YouTube y otras redes digitales, son los verdaderos adalides de la libertad de expresión.

Tampoco acepta encuestas o encuestadores que le den menos del 70% de popularidad, porque según él están cuchareadas, lo que en su lenguaje significa manipuladas por neoliberales, y de las internacionales, como las de Gallup, ni Pío.

López se autoalimenta con sus amanuenses, los políticos que lo corean, que inclinan la cabeza cuando él pasa, que besan su mano como Layda Sansores y, en su mundo perfecto no hay espacio para la crítica o la revisión.

Pero el problema real no es el macuspano y su delirio sino los grupos de políticos y empresarios venales, de legisladores y otros secuaces que por primera vez comen con manteca, y la delincuencia, todos quienes lo hacen compadre.

A 22 meses para que deba dejar el “Palacio de sus Tullerías”, López comienza a sentir la presión y a aterrizar en la terrible realidad: Si no da un autogolpe o no deja a su incondicional, irá a prisión, él y toda su ralea.

López Obrador vive un delirio en el que se ve como un Rey Salomón, y por eso miente y se miente sobre libertad, democracia, bienestar, seguridad pública, y fustiga a los gentiles que piensen que la ley es la ley.

Luego de que el 27 de noviembre, cuando se soñó Fidel Castro Ruz pronunciando otro discurso en la Plaza de la República de La Habana, López comenzó a arremeter con fuerza contra la legislación electoral.

Los dictadores se sienten eternos, el ejemplo de Castro, Chávez, no es distinto del de Stalin, Franco, Trujillo, Pinochet, unos más otros menos, creyeron que sólo ellos deberían gobernar.

Para el macuspano la ley es él, y también es el Estado, pues en ese delirio en que se sueña padre de la Patria, fundador del “Cuarto Reich”, nada es más importante que el país quede sumergido en sus deseos.

Y ese delirio se alimenta a diario con todos los vivales que han conquistado el poder encorvándose y como única filosofía adoptando la postura que Quevedo describe en la letrilla satírica: “Poderoso caballero es Don Dinero”.

López utiliza y voltea a su favor todas las situaciones para subrayar que, sin él sin su “Golem”, la Patria se muere y caerá bajo el neoliberalismo de sus pesadillas, el cual ni entiende, pero que tilda del Apocalipsis.

Y que no le vayan con el cuento de que con gobiernos anteriores el país, el poder adquisitivo, la salud, el empleo crecían, poco pero crecían, porque sale con que ahora el pueblo, que es él, lo ama y es feliz, feliz.

Usa todo para demostrar que se debe abrogar la Constitución, como ahora que a la más flaca de su caballada le aplican la norma que sanciona actos anticipados de precampaña, norma que él mismo empujó en 2012 para justificar su derrota.

Con fruición se ha dedicado cuatro años a quebrar la espina dorsal a la democracia, a los órganos de control, a la inversión foránea en energía, a la relación con Estados Unidos y Canadá, y a militarizar la administración pública.

Pero sobre todo le quiebra la espalda a la convivencia, al diálogo, a la salud pública, a la educación, a la energía limpia y con ello, al Estado de Derecho, a la prosperidad y al futuro de la Nación.

Hoy México vive el peor desencuentro con Estados Unidos desde 1938, la diferencia es que en ese entonces no éramos socios comerciales ni nuestra economía dependía del libre comercio.

Pero para López, a quien comentaristas en otros países tildan de sicofante, aspirante a dictador, la prosperidad de los mexicanos no es necesaria, lo necesario es su gobierno.

Pronto vienen los reclamos de indemnización de los socios comerciales que van a sangrar la economía, pero lo importante no es eso, sino que todos como zombis tengamos que corear: Es un honor…

Y todos a vivir del presupuesto hasta que el destino nos alcance… Y está a la vuelta de la esquina.

User007@mxpress.mx

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