Colaborador Invitado

Las esferas de poder de Jürgen Habermas

La solidaridad viene de la comunidad, vecinos y amigos, apoyan sin distinción

REFLEJO INTERIOR

Hiram Peón Lara

Los periodistas nos debemos a los lectores. Trabajamos para los lectores.

Muchas veces, nuestra tarea, es actuar como observadores de la realidad ya sea en la comuna, observando el trabajo de la autoridad o el trabajo del empresario.

Jürgen Habermas, filósofo alemán y principal impulsor de la democracia deliberativa, creo un modelo. El Modelo de Habermas.

En este modelo existen tres esferas de influencia. La comunidad, la autoridad y el mercado.

Los temas de interés público o común a todos, existen en la democracia deliberativa, soportados por un modelo normativo (leyes y reglamentos) que permite la adopción de un procedimiento colectivo de toma de decisiones, con la participación activa de todos los potencialmente afectados por tales decisiones, y que estaría basado en el principio de la deliberación.

Esto implica la argumentación y discusión pública de las diversas propuestas y acciones de cada uno de los protagonistas.

En este espacio, donde se forma la opinión pública, todos los días se presentan multitud de opiniones sobre las acciones que lleven a cabo los diferentes actores.

Entonces, tomar una acción o renunciar a tomar una acción, tiene un efecto que se multiplica cuando “aterriza” en distintas capas de la comunidad.

La interacción armónica, o caótica, de las tres esferas -comunidad, autoridad, empresas- forman la opinión pública.

Cuando la comunidad es ignorada, su opinión fluye por todas las capaz sociales, como la humedad en una pared, que por capilaridad asciende hasta por una columna de concreto.

El mercado puede ignorar a la comunidad, pero la autoridad no puede ignorar lo que pasa en el mercado y que afecta a la comunidad.

Actualmente el mercado es un caos. Ante la carencia de agua para lo más básico la comunidad actúa. Estamos en la base de la pirámide y lo primero que debe ser resuelto son las necesidades de la población: el agua y la certidumbre es lo que duele en estos momentos.

Hay segmentos de la comunidad que son más vulnerables que otros, las personas mayores, por ejemplo, los niños también.

Utilizar estos problemas para abonar a la popularidad personal es inmoral, así como lucrar con las carencias de la comunidad.

En este momento la comunidad luce inerme ante la indiferencia de ambas esferas de poder: el mercado y la autoridad.

Algunos abarroteros, las tienditas de la esquina, aprovechan la oportunidad para llevarse una tajada extra. Están vendiendo el garrafón de veinte litros, el plástico, en cien pesos y el líquido en $60 pesos.

Se están usando los garrafones, el plástico, para transportar el agua de la llave. A las cuatro de la mañana ya hay largas filas de personas esperando que llegue el agua. Esto está pasando en el municipio de Guadalupe y en otros municipios.

Esta es la realidad, la que a veces no coincide con los datos que se exhiben.

Quiero creer que todos están haciendo su mejor esfuerzo para enfrentar esta crisis.

Se ha extendido tanto este dolor de Nuevo León, que ahora recibimos llamadas y mensajes de familiares de otros lugares para preguntar si estamos bien y como estamos resolviendo esta carencia.

Existe la solidaridad, los jóvenes ayudan a cargar los garrafones que llevan las personas mayores. Las personas regresaron a bañarse con un balde de agua. Reconocemos que fuimos dispendiosos con el agua, pero ya aprendimos la lección.

Esto también pasará, con la ayuda de las empresas, los vecinos y amigos, y la autoridad.

A propósito, Bonafón reanudó su distribución de agua el 16 de junio, muchas gracias.

Mantengamos la esperanza. Hasta la próxima.

El autor es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM

Contacto:

Mail: hirampeon@gmail.com

Twitter: @Hirampeon

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