Economia y Politica

Más de 22,000 trabajadores de Tijuana cruzan a Estados Unidos para vacunarse

15 Jun 2021.- El cruce fronterizo entre Tijuana y San Diego vive una dinámica inusual. Cada día, decenas de trabajadores sin visa de la ciudad mexicana pasan del otro lado, donde ningún agente fronterizo les solicita documentación alguna.

Están menos de una hora en territorio estadounidense y no avanzan más de 20 metros desde la línea fronteriza. En realidad, el tiempo justo para que les sea suministrada la vacuna contra el coronavirus, estén en observación médica 20 minutos, y regresen a México.

Más de 10,000 trabajadores de empresas como Coca-Cola, Sempra Energy o Poly (antes Plantronics), entre otras, han recibido hasta el momento una dosis de la vacuna de Johnson & Johnson, donada por el condado de San Diego, gracias a un programa organizado por el Consejo para el Desarrollo de Tijuana (CDT), la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) y otros organismos empresariales, junto al consulado de México en San Diego, y que es el resultado de varios meses de conversaciones con las autoridades estadounidenses.

El objetivo es llegar a los 23,000 trabajadores protegidos para el 17 de junio, fecha en la que, en principio, terminará la iniciativa.

Desde que inició la pandemia, el consulado de México en San Diego ha colaborado con las oficinas de salud pública del condado e incluso abrió un punto de pruebas de COVID-19 y un centro de vacunación.

“Fue una evolución natural que nosotros, cuando empezaba a ser evidente que el condado se dirigía a una sobreoferta de vacunas, preguntáramos sobre la posibilidad de usar algunos de sus excedentes”, afirma Carlos González, cónsul de México en San Diego.

A principios de mayo, las autoridades estadounidenses confirmaron que estaban en posibilidad de donar vacunas Johnson & Johnson, de una sola dosis, siempre y cuando el lado mexicano se hicieran cargo de los costos del proceso y la logística, ya que la vacunación tenía que llevarse a cabo en San Diego.

Luis Lutteroth, presidente del CDT, explica que se estableció un costo de 60 dólares por persona vacunada, que no cubre el costo de la dosis, sino el pago del salario del personal médico que la aplica, así como el mobiliario necesario y la logística para el transporte de los empleados.

El consulado solicitó el apoyo de la Universidad de California San Diego Health, el mismo equipo que organizó el sitio de vacunación masiva en el estadio de béisbol de los Padres.

El pago lo realiza cada empresa participante directamente a la universidad.

“Los trabajadores llegan, los vacunan, esperan 15-20 minutos y se regresan a México. Y de ahí parten en camiones hacia sus empresas”, dice Lutteroth.

En una primera fase, que comenzó el 24 de mayo (días antes del anuncio de que Estados Unidos donaría un millón de dosis a México), se vacunaron 10,000 personas de seis empresas manufactureras estadounidenses en Tijuana.

El CDT y la Canacintra buscaban que fueran pocas empresas, pero con muchos trabajadores, para tener un mayor control del proceso, del que no había experiencias previas.

Las seleccionadas fueron las primeras que dijeron que sí. Una vez agotadas las 10,000 primeras vacunas, el condado de San Diego avisó que podrían continuar con otras 15,000, de las que los organismos empresariales de Tijuana prevén poder aplicar entre 12,000 y 13,000 antes de la fecha límite.

El número de empresas que participen dependerá de cómo avanza la vacunación, pero por ahora son más de 15 y ya se ha abierto a otros sectores, como restaurantes, comercios, transporte y logística.

“Hicimos una convocatoria abierta, nuestro interés es vacunar al mayor número de colaboradores posibles y estamos buscando cómo lo podemos lograr y que todo sea transparente.

Es un tema también de reacción, las primeras empresas que contestan, entran”, afirma Jorge Figueroa, presidente de la Canacintra de Tijuana. La organización no es sencilla, hay que tener en cuenta los turnos de las líneas de producción y cómo llevar a cabo el proceso sin que sufra la producción. Además, es un trabajo coordinado con la aduana y el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos.

Figueroa señala la importancia de un programa que permite vacunar a los trabajadores más jóvenes, que aun no están en el calendario de vacunación del gobierno federal, ya que el promedio de edad de la industria es de entre 18 y 25 años.

En el caso de Poly, por ejemplo, logró vacunar a casi 80% de sus trabajadores.

Así, afirma el presidente de la Canacintra, las empresas pueden implementar otros esquemas de producción, “más apegados a lo normal”, aun con los protocolos de las secretarías de salud federal y estatal. Las plantas en Tijuana han ampliado el número de turnos para tener a menos gente en los fábricas, como señalan las normativas.

Y este aumento de líneas y tiempos ha supuesto un costo extra de operación para las empresas. Algunas incluso han ampliado sus operaciones las 24 horas para espaciar los turnos. Como parte del proceso, además, el CDT, la Canacintra, el resto de cámaras empresariales de la ciudad y el consulado lograron que por cada 10,000 vacunas se donen otras 350 a la sociedad.

Así, se están vacunando policías, bomberos y personal del transporte público. Hasta el próximo jueves, día en el que se cierra esta segunda y, hasta el momento, última fase de vacunación, por la frontera habrá pasado poco más del 5% de los 450,000 empleados de las empresas manufactureras que hay en el estado de Baja California, según Lutteroth.

Las cámaras y el consulado tratarán de negociar una tercera ronda de vacunas. Pero esto se sabrá a partir del 21 de junio, cuando se decide si se extienden las restricciones para los cruces terrestres para las personas con visa de turista.

“Las autoridades migratorias nos han dicho que no se pueden comprometer más allá del 17, hasta no ver qué va a pasar”, apunta el cónsul mexicano.

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