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Objetivos de descarbonización de BBVA: ¿Qué significan y cuál es su alcance?

BBVA se compromete a reducir las emisiones de su cartera de clientes de petróleo y gas un 30% antes de 2030

En el marco de este foco de acción climática, BBVA ha anunciado los objetivos para la descarbonización de su cartera crediticia en 2030 para industrias intensivas en emisiones de CO2. Se trata de unos objetivos intermedios con la vista puesta en ser neutros en emisiones de carbono en 2050.

En abril de 2021 BBVA anunció el compromiso Net Zero 2050 (cero emisiones netas en 2050) teniendo en cuenta tanto las emisiones directas como indirectas, incluyendo entre estas últimas las de los clientes que reciben financiación del banco. BBVA quiere acompañar a sus clientes en su transición hacia un futuro más sostenible, con planes y objetivos concretos.

El 5 de marzo de 2021 publicó su compromiso de reducir a cero la exposición a actividades relacionadas con el carbón, dejando de financiar a empresas en esas actividades, antes de 2030 en los países desarrollados y antes de 2040 en el resto de países en los que BBVA está presente. Esta decisión está alineada con la propuesta del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), consistente en limitar la subida de las temperaturas a un máximo de 1,5ºC y con la ambición de conseguir una economía neutra en carbono en 2050.

El 3 de noviembre de 2021 anunció un primer ejercicio de alineamiento de las carteras crediticias del banco con el Acuerdo de París. En él se publican objetivos intermedios de descarbonización a 2030 para los sectores de generación de electricidad, fabricantes de  automóviles, acero y cemento, los plazos de implementación y un detalle de las métricas utilizadas para dar forma a este compromiso.

El 5 de octubre de 2022, BBVA completa este primer ejercicio con la incorporación del sector del petróleo y gas al alineamiento de las carteras del banco.

El cálculo de los indicadores de alineamiento se ha llevado a cabo utilizando las metodologías disponibles a día de hoy en el mercado. Es importante remarcar la limitación que existe aún en la mayoría de los sectores para acceder a información suficiente y con la granularidad adecuada.

El concepto de alineamiento de las financiaciones con el Acuerdo de París ha surgido recientemente como el nuevo paradigma para hacer operativa y aumentar la acción climática dentro de la industria financiera.

Este concepto capta el hecho de que los flujos financieros deben ser coherentes con una trayectoria baja en emisiones de gases de efecto invernadero y un desarrollo resiliente al clima para mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2°C respecto a la época preindustrial y, si es posible, de 1,5°C.

Las metodologías de alineamiento ayudan a entender cómo los flujos financieros contribuyen a la descarbonización, asignando a la cartera crediticia un indicador de desempeño medioambiental. Esta métrica se compara con la referencia que ofrecen los escenarios de cambio climático y, en conjunción con éstos, se fijan objetivos que pueden trasladarse a los clientes.

BBVA en un esfuerzo conjunto con el grupo conocido como los bancos de Katowice (por asumir su compromiso tras la Cumbre del Clima, celebrada en esa ciudad polaca en 2018) y el think tank 2dii ha implementado la metodología PACTA (Paris Agreement Capital Transition Assessment) para medir el alineamiento de su cartera de préstamos con los objetivos de París, cubriendo los sectores de carbón, generación de electricidad, automóvil, acero y cemento.

Adicionalmente, BBVA ha querido ampliar su compromiso al resto de sectores con impacto relevante en la generación de gases de efecto invernadero como petróleo y gas desde el 5 de octubre de 2022, o más adelante el sector inmobiliario y la agricultura, y para ello ha trabajado en desarrollar la metodología PCAF (Partnership for Carbon Accounting Financials) para medir sus emisiones y poder establecer objetivos de alineamiento siguiendo los principios arriba expuestos.

En línea con sus compromisos, BBVA ha decidido tomar como referencia los escenarios de 1,5ºC, concretamente los escenarios NET Zero 2050 de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés).

El nuevo escenario Net Zero de la IEA adelanta la neutralidad de emisiones al año 2040 para el sector de generación de electricidad y plantea un parque automovilístico con un 86% de coches eléctricos en 2050.

Detalle por sectores

Generación de electricidad

La tendencia de la descarbonización del sector eléctrico es clara. Un aumento de las inversiones en energías renovables podrá suponer la descarbonización del sector en las economías avanzadas entre 2030 y 2040 y en mercados emergentes después de 2040. Los grupos más importantes del sector están apostando por incrementar la capacidad de generación en energías renovables, principalmente eólica y solar, eliminar progresivamente durante la próxima década el carbón de su cartera de generación y reducir ligeramente el peso del gas en Europa, mientras que en economías emergentes se puede mantener o aumentar ligeramente.

Automóvil

La electrificación está suponiendo una profunda transformación del sector del automóvil y de sus modelos de negocio. La regulación para la reducción de emisiones del uso de los vehículos es el principal impulsor de esta transformación, que ha llevado a los fabricantes de automóviles a anunciar en los últimos años inversiones agresivas en tecnología y baterías eléctricas y a adquirir compromisos para eliminar progresivamente durante los próximos 15 años la producción de vehículos de motor de combustión interna. A nivel global, se espera que las ventas de vehículos eléctricos alcancen 10,7 millones en 2025 y 28,2 millones en 2030, y que las emisiones se sitúen en torno a 121 g CO2/km.

Acero

El proceso de descarbonización del acero requiere inversiones muy relevantes en los próximos años para el desarrollo de las tecnologías adecuadas, por lo que se espera que la intensidad de emisiones llegue a 860 kg CO2 por tonelada de acero en 2030 y que se reduzca más aceleradamente a partir de entonces, cuando se incorporen las fuentes de energía renovables, especialmente el hidrógeno verde, y la captura de carbono. Hasta 2030, las acciones de los grupos más relevantes del sector para cumplir sus objetivos de reducción de emisiones se centran en dar prioridad a las rutas de fabricación de menores emisiones o el uso de chatarra en la mezcla metálica.

Cemento

La industria del cemento se apoya en palancas tradicionales para reducir las emisiones hasta 482 g CO2/tonelada de cemento en 2030. Es decir, reducción del factor de clinker, uso de combustibles alternativos como sustituto de los combustibles fósiles y de nuevas materias primas para reemplazar parte de la piedra caliza. Aunque los escenarios de descarbonización consideran la tecnología de captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS, en inglés) como una de las palancas en la reducción de emisiones de CO2, los principales grupos del sector no la consideran como relevante durante la próxima década por su falta de madurez tecnológica. En consecuencia, la reducción de las emisiones de CO2 se volverá más agresiva a partir de 2030, una vez que la tecnología de CCUS esté disponible a gran escala.

Petróleo y gas

La industria del petróleo y gas juega un papel fundamental en la transición del sector energético. Las emisiones de las operaciones de petróleo y gas (alcance 1 y 2) se concentran en su mayoría en las actividades de exploración, perforación y extracción del petróleo y gas, debido principalmente a las fugas de metano del sector. Existen a día de hoy iniciativas estratégicas disponibles para la reducción de las emisiones en estos alcances, relacionadas principalmente con la gestión de emisiones fugitivas.

Sin embargo, el núcleo de las emisiones del sector son emisiones de alcance 3, asociadas con el consumo del petróleo y gas por los usuarios finales. Estas emisiones se corresponden con ~80% de las emisiones del sector y su reducción conlleva necesariamente una caída del consumo de petróleo y gas en favor de otras formas de generación de energía baja en carbono. Muchos grupos del sector están transicionando hacia modelos multi energéticos para adaptarse a esta transición.

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