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Los impuestos a los energéticos no están alineados con los impactos ambientales del uso de la energía, afirma la OCDE

25 de junio de 2015.- Los gobiernos emplean de modo insuficiente la tributación como una herramienta para frenar los costos ambientales del uso de la energía, pierden ingresos y debilitan su combate a la principal fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático y la contaminación atmosférica, de acuerdo con un nuevo análisis de la OCDE

Taxing Energy Use 2015 – OECD and Selected Partner Economies (Impuestos al uso de los energéticos 2015 – Países de la OCDE y economías seleccionadas) compara los impuestos sobre el uso de la energía en 41 países del mundo, que en conjunto utilizan el 80% de la energía global.

Según la OCDE, los impuestos a los energéticos representan una señal de políticas públicas transparente y son uno de los instrumentos más eficaces con los que los gobiernos cuentan para reducir los efectos secundarios negativos del uso de la energía. Sin embargo, el nuevo análisis muestra que estos impuestos a los energéticos no están alineados con estos efectos secundarios y tienen una repercusión limitada sobre las medidas emprendidas para reducirlos, mejorar la eficiencia energética e impulsar un cambio hacia formas de energía menos nocivas.

“Los impuestos a los energéticos actualmente son bajos e incoherentes”, afirmó Angel Gurría, Secretario General de la OCDE. “La política fiscal no se utiliza con eficacia para reducir los impactos adversos sobre la salud y las emisiones de gases de efecto invernadero que resultan del uso de la energía. Hay aún un amplio margen para sanear los regímenes fiscales nacionales, mejorar el medio ambiente y contener el cambio climático.”

El nuevo estudio presenta un análisis comparativo sistemático de la estructura y el nivel de los impuestos energéticos en los 34 países miembros de la OCDE y en siete economías miembros del G20: Argentina, Brasil, China, India, Indonesia, Rusia y Sudáfrica. Convierte las tasas impositivas reglamentarias en tasas fiscales efectivas por unidad de energía y por unidad de dióxido de carbono (CO2), para una amplia gama de tipos y usos de energía.

Se muestra que los impuestos a los energéticos son bajos en relación con los costos ambientales del uso de la energía, tanto en promedio como en el interior de muchos de los países.

La tasa impositiva efectiva ponderada media sobre todo el uso de la energía en los 41 países es de EUR 14.8 por tonelada de CO derivado de este uso. Esta cifra se ubica muy por debajo de los estimados del costo social del carbono, de cerca de EUR 30 por tonelada. Si se considera también el costo de otros efectos secundarios negativos del uso de energía, se refuerza la conclusión de que las tasas impositivas medias son muy bajas en relación con los impactos nocivos del consumo de combustible.

Las tasas impositivas aplicables en toda la economía de los países varía mucho, de justo arriba de EUR 0 por tonelada de CO2 a EUR 107.3 por tonelada de CO, con diferencias importantes entre diferentes combustibles y usos, y en el interior de los países.

En particular, los impuestos son bajos, o de tasa cero, sobre algunos de los combustibles más perjudiciales, lo que los hace indebidamente atractivos para los usuarios finales.

El carbón, que contribuye en gran medida al cambio climático y a la contaminación atmosférica local, es el combustible que se grava con la tasa más baja y con menor frecuencia: el 85% del carbón usado para calefacción y cocción en los 41 países no se grava y la tasa impositiva media sobre el carbón es de menos de EUR 2 por tonelada de CO.

En comparación, los productos del petróleo se gravan a EUR 49 por tonelada de CO en promedio y la gran mayoría de los productos petroleros están sujetos a impuestos energéticos.

Los impuestos difieren mucho entre los usuarios, en formas no explicadas por las diferencias en los impactos ambientales. Son mucho más bajos en el caso de los combustibles para calefacción y cocción y para el sector de electricidad que aquellos usados para el transporte; asimismo, difieren entre los combustibles utilizados para el mismo fin.

La tasa impositiva efectiva promedio simple sobre el uso de la energía en el sector del transporte es de EUR 70 por tonelada de CO, en comparación con EUR 3 por tonelada de CO para el uso en calefacción y cocción y la producción de electricidad.

El impuesto sobre el diesel para uso en el transporte en los 39 países tiene tasas menores que la gasolina, pese a que el uso del diesel causa un daño ambiental mayor.

“La evidencia presentada en este informe brinda sugerencias concretas sobre una reforma que garantice que los impuestos energéticos ayudarán a lograr los objetivos económicos, sociales y ambientales con mayor eficacia”, añadió el señor Gurría.

 

En el informe se destacan las semejanzas y diferencias entre países por medio de innovadores formatos gráficos. Presenta perfiles gráficos del uso de la energía y la tributación en los siete países asociados, los cuales complementan los perfiles de los países miembros de la OCDE incluidos en la edición 2013 de Taxing Energy Use.

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