La Reforma Ciudadana
Por Octavio Alonso
Como ciudadanos contamos con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la cual en su texto menciona que garantiza que todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte.
Dentro de tales derechos humanos resalta la prohibición de la esclavitud en nuestro país, igualmente el derecho a recibir gratuitamente educación hasta media superior, educación que el Estado tiene obligación de garantizar su calidad. Igualmente la Constitución garantiza que en México toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad, lo cual garantizará el Estado. Otro derecho es el derecho a la protección de la salud.
Todo lo anterior lo vemos como derechos de todos y cada uno de los mexicanos, derechos que tenemos, pero que es imposible que el Gobierno pueda solo, debemos hacer lo posible y lo imposible para que se den, no solo esperar que nos lleguen sin esfuerzo. Ya hablando de situaciones donde en la Constitución no se habla solo de recibir sino de actuar, se menciona que a ninguna persona podrá impedirse que se dedique a la profesión, industria, comercio o trabajo que le acomode, siendo lícitos. Ya más avanzado, se menciona en la Constitución obligaciones que como Mexicanos tenemos, entre las cuales están el hacer que nuestros hijos concurran a las escuelas públicas o privadas, para obtener la educación preescolar, primaria, secundaria, etc., así como contribuir a los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residan, lo anterior en forma proporcional y equitativa que dispongan las leyes. Ahora bien, para ser ciudadano mexicano se requiere tener un modo honesto de vivir y tener 18 años o más de edad. Ya como ciudadano tenemos el derecho de votar en las elecciones populares, así como ser votado.
En otro orden, poniendo en primer lugar lo que debemos hacer y como Mexicanos desquitar el nombre de Mexicanos, podríamos decir que debemos de comprometernos en tener un modo honesto de vivir, que dicho modo honesto de vivir no se quede en eso solamente, sino que sea un motor del bienestar de los Mexicanos, buscar que lo que hagamos cumpla una labor útil y productiva dentro de la actividad económica, cultural, deportiva, social o política de nuestro país. También que nuestra obligación de enviar a nuestros hijos a la escuela no quede ahí, se le puede agregar voluntariamente y sin que ninguna ley lo mencione, el participar en la escuela como padre de familia, el tomar la responsabilidad de padres y no dejar toda la responsabilidad a la escuela, el estar comprometidos con la educación de cada uno de nuestros hijos, incluyendo la educación de valores que enaltezcan la grandeza de nuestra Patria. Otra forma de cooperar como ciudadanos y no esperar todo del Gobierno es luchar como trabajadores, como patrones, como profesionistas, como técnicos, a que en cada lugar en donde actuemos se respeten los derechos humanos, que se promueva la eficiencia y eficacia, que se eviten las esclavitudes que se producen por la ignorancia o falta de educación, contribuyendo cada uno de la forma en que cada quien mejor pueda a la capacitación de aquellos que no tuvieron la oportunidad de estudiar y capacitarse, entre otras formas aprovechando la maravilla de la tecnología para estudiar como forma de vida, fomentando el autoaprendizaje en nuestros hijos, en nuestros compañeros de trabajo, en nuestro colegas, en una palabra, ser solidarios con nuestro prójimo, no trabajar solamente para enriquecerse. Igualmente en el tema de la salud, no dejemos al gobierno toda la carga, seamos responsables y solidarios con quienes convivimos, propongamos y demos ejemplo de alimentación sana, de formas saludables de vivir, promovamos el ejercicio físico. Como obligación también la Constitución nos indica claramente que como Mexicanos debemos contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o de nuestro Estado y Municipio. Si este tema resulta incómodo, especialmente con la reciente reforma fiscal, propongamos cambios que permitan a cualquier persona poder cumplir sus obligaciones fiscales, independientemente de su preparación académica o de su acceso a tecnologías, que permitan dedicarle solamente el tiempo mínimo necesario al cumplimiento de las leyes fiscales, con la idea de que el tiempo es mejor utilizarlo en actividades productivas que tanto requiere nuestro país, tanto para los Mexicanos emprendedores como para aquellos ciudadanos del mundo que ven en nuestro país una oportunidad de desarrollar actividades productivas y por ende fuentes de empleo. Como complemento a todo lo anterior, tenemos el derecho de votar y ser votados, participemos, opinemos, actuemos, exijamos cuentas, propongamos.
La reforma energética busca entre otras cosas que el oro negro sea para beneficio de todos los mexicanos, que se explote en la mejor forma para que cumpla su fin social, pero no dejemos de ver que el verdadero tesoro está en nuestra gente, en nuestros niños y jóvenes, quienes entre mejor educación e instrucción tengan, más contribuirán al bienestar del país, ejemplos de países sin petróleo pero con gran educación e instrucción tenemos, que nos superan en diversos campos. No confundamos la educación con la instrucción, delegamos a la escuela parte de ello, pero no podemos abdicar como padres de familia, la escuela ayuda pero la familia complementa, es una mancuerna de éxito, eduquemos en familia. Votemos por la reforma ciudadana, cada uno en lo personal, cambiemos a México cambiando nosotros mismos, los Mexicanos.
C.P. Octavio J. Alonso Urrutia.