Desincentivo fiscal en la generación de empleo formal
Por Octavio Alonso
Las oportunidades de conseguir empleo en México son variadas, las dividiré para este artículo en particular en oportunidades en el sector formal de la economía y oportunidades en el sector informal.
El sector informal de la economía es enorme, entre sus filas cuenta con mexicanos que lo han adoptado por diferentes circunstancias, algunos porque no cuentan con la capacidad administrativa y económica de cumplir la kilométrica, complicada y confusa normatividad, otros por estar en campos de la economía que están plagados de negocios informales, siéndoles imposible competir a través de un negocio formal, entre otras causas debido al costo que operar un negocio formal conlleva, lo que los dejaría en una desventaja competitiva mortal contra el comercio informal, imposible de sobrevivir, otros más que ante la certeza de que el incumplimiento de la ley no les traerá consecuencias, toman el pequeño riesgo de estar en la informalidad a cambio de interesantes ganancias.
Existe otra razón, que es la de aquellas áreas de la economía que están plagadas de negocios informales, haciendo imposible el cumplimiento de quien pretende estar en la legalidad, ya que por ejemplo el exigir una factura, el pagar con medio electrónico, etc., son requisitos imposibles de cumplir.
Recientemente hemos visto los “MOTIVOS” de la reforma fiscal propuesta el 8 de Septiembre de 2013, los cuales mencionan ampliamente el concepto de simetría fiscal, tal como lo podemos leer en el párrafo que sigue.
“Entre los elementos que se deben considerar para mejorar la arquitectura del ISR se encuentra el restablecimiento del principio de simetría fiscal. De acuerdo con la Suprema Corta de Justicia de la Nación, la simetría fiscal es un principio de política tributaria que establece un parámetro de vinculación entre los contribuyentes y de equilibrio entre ingresos y gastos, de manera que si a una persona física o moral le corresponde el reconocimiento de un ingreso que será gravado, a su contraparte que realiza el pago –que genera ese ingreso-, debe corresponderle una deducción.”
Para ejemplificar el párrafo anterior, tenemos el caso donde una empresa compra materia prima, la que termina siendo parte de sus deducciones para efectos del impuesto sobre la renta, y por la otra parte, quien le vendió tal producto reconoce un ingreso para efectos del impuesto sobre la renta, donde ambas empresas tienen la misma tasa de impuesto sobre la renta, digamos del 30%, la primera tiene un gasto deducible y la segunda un ingreso acumulable, lo que representa un caso perfecto de simetría fiscal.
En la mano de obra existe la situación de una simetría fiscal imperfecta, ya que el trabajador recibe salario y prestaciones que pagan una tasa de impuesto sobre la renta muy inferior a la que paga la empresa, y en ocasiones hay ingresos que reciben los trabajadores que ni siquiera les corresponde pagar tal impuesto.
El que los trabajadores paguen tasas de impuesto menores por la progresividad de la tabla del impuesto sobre la renta, lo cual se encuentre plenamente justificadopor la filosofíatributaria básica y popular que menciona “que pague más el que más tiene”, lo que resulta en que el trabajador de ingresos bajos debe de pagar una tasa de impuesto sobre la renta substancialmente inferior a la del 30% que paga la empresa, siendo esta una situación real y actual.
Lo anterior es claro que no le está gustando a las autoridades fiscales ni al poder legislativo, es una simetría poco simétrica, dispareja podrían decir. Sobre lo anterior podemos palpar el descontento mencionado prácticamente en dos medidas que ya se han tomado, la primera que no ha sido muy comentada en las noticias y que su efecto ha pasado prácticamente desapercibido año tras año, se refiera a que la tabla del impuesto sobre la renta que se utiliza para hacer las deducciones en la nómina de los trabajadoresy la que finalmente se utiliza para el cálculo anual, no se han actualizado por la inflación, es decir, si a un trabajador le incrementan el salario cada año por un porcentaje igual al que registró la inflación, esto con la intención de reponerle el deterioro que tuvo el salario por tal proceso inflacionario, resulta que una parte de tal incremento se lo lleva el impuestopor el solo hecho de caer el salario en una tasa de impuesto mayor sin realmente tener un ingreso real superior, ya que desde 2004 no se han actualizado tales tablas por el efecto de los incrementos generales de precios.
Un ejemplo extremo de la situación anterior, es cuando se llegara el día en que la mayor parte de los obreros, por efecto del incremento de percepciones debida al proceso inflacionario de años, cayeran en tasas altas de impuestos, lo que resultaría en que todos pagarían las mayores tasas de impuesto sobre la renta por sus salarios; la segunda medida, la más comentada, conocida y reciente, es la cancelación o reducción de la deducibilidad para las empresas de los gastos de previsión social, lo cual significa que la empresa no podrá incluir en sus gastos para efectos fiscales ciertos conceptos de previsión social que otorga a sus trabajadores, lo que provoca un incremento real en el costo para la empresa de tales prestaciones y una afectación a la rentabilidad de la empresa al propiciarse un irremediable incremento del costo de la mano de obra para las empresas.
Como resultado de lo anterior, las reacciones de las empresas pueden ser variadas, ya sea que la empresa continúe con tales prestaciones o que las incorpore al salario del trabajador, análisis que seguramente está en proceso en gran cantidad de empresas, no descartándose incluso la negociación para la disminución de tales prestaciones. A la frase “Que pague más el que más tiene” conviene agregarle, “Que haya más que puedan con trabajo honrado, inteligente y arduo llegar a tener más”.
Todo lo anterior sin lugar a dudas cambia las reglas del empleo en México en mayor o menor medida, es importante recordar que en la economía siempre hay competencia entre las diferentes ofertas de bienes y servicios, en este caso en particular, las ofertas de empleo de la economía formal y las ofertas de empleo de la economía informal, las cuales compiten indudablemente entre ellas, así como la competencia entre países por atraer inversiones productivas.
Tendremos que esperar a ver en qué medida el empleo formal reaccionará, pudiera ser ofreciendo menores salarios, pudiera ser ofreciendo menor cantidad de puestos de trabajo, pudiera ser buscando ahorros y eficiencias en la empresa, donde el empleo informal sin cambios en su forma de operar, es muy probable que será un competidor fortalecido en el mercado laboral interno gracias a los aspectos fiscales comentados.
Todo indica que el empleo formal crecerá en menor proporción que el empleo informal, espero equivocarme, también debemos estar atentos a la pérdida de competitividad internacional, tanto por estas medias que hemos comentado como por algunas más que se han ventilado, lo que resultaría en un incremento en el desempleo en el país o cuando menos una reducción más lenta del desempleo, insisto, espero equivocarme.Un análisis o modelación integral de la economía antes de decidir el cambiar aspectos fiscales es imprescindible, recordemos que cada trabajador con su salario paga impuestos en gran cantidad de los bienes y servicios que adquiere, genera movimiento en la economía, al igual que la empresa, sin importar si pagaron impuestos altos o bajos sobre sus ingresos o utilidades. La economía es como un ajedrez, al mover cada pieza el juego cambia, al inversionista no le gusta este juego, exige reglas claras a largo plazo.
C.P. Octavio José Alonso Urrutia.
Diciembre 2013.