Colaborador Invitado

La estrategia de Madero y las heridas que no cierran en el PAN

Por Julio Cedeño*

“Cuando se hace daño a otro es menester hacérselo de tal manera que le sea imposible vengarse.”

Maquiavelo

En la columna anterior se mencionaba que tras la victoria de Gustavo Madero en las elecciones internas del PAN, se veía venir una ineludible operación cicatriz, donde el vencedor otorgara ciertas posiciones al vencido y, a partir de ahí, comenzar la reconstrucción de la unidad del partido para hacer frente a las elecciones intermedias de 2015, y más a largo plazo, lograr la consolidación del aparato partidista rumbo a las presidenciales del 2018.

Sin embargo, tras el Consejo Nacional panista, la lógica maderista fue otra, totalmente contraria. De 40 posiciones que integran la Comisión Permanente, únicamente dos fueron para panistas plenamente identificados con el Calderonismo/Corderismo. Tampoco se han dado cambios en las coordinaciones de las bancadas panistas en el Congreso.

Es decir, Madero no quiso curar las heridas abiertas tras la primera elección en la historia panista que se decidió en las urnas, vio el momento de enterrar a sus opositores y no dejó pasar la oportunidad. 

Contrario a lo que muchos expertos han opinado sobre lo erróneo de esta estrategia, no se le puede culpar por querer reafirmar su proyecto político, aunque aún falte mucho para las elecciones presidenciales es claro que ya existe un plan y que la implementación del mismo va, según su diseño, por buen camino. Vale aclarar que no estamos diciendo que Madero busque la candidatura presidencial (que hasta el momento parece estar designada para el Gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle), pero tampoco lo descartamos, en política todo puede cambiar de un momento a otro. 

A Madero se le puede acusar de muchas cosas, pero nunca de carecer de olfato y astucia política. Si algo ha hecho bien el chihuahuense hasta ahora es que ha sabido tejer las alianzas necesarias (desde el Presidente hasta Gobernadores y legisladores, pasando por importantes operadores políticos), que le han permitido esbozar y consolidar un plan que apenas comienza pero cuyos alcances están destinados hacia algo de mayor envergadura. 

¿Qué implica esto para el partido? Ya se verá, si algo caracteriza a los panistases que no les gusta la imposición, pero tampoco un partido donde la existencia de tribus acabe por imponerse a una visión más general y donde el canibalismo entre las diferentes corrientes internas lleven al desdibujo de la seriedad institucional. 

Es innegable que el plan va por buen camino y que hasta ahora todos los obstáculos han sido superados con relativa facilidad, sin embargo, Madero no debe olvidar que si bien ganó la contienda con un buen margen, su rival obtuvo el 42.8% de la votación, es decir, 4 de cada 10 panistas podrían no sentirse representados en la toma de decisiones de la cúpula partidista. 

Quizás sea el fin del Calderonismo como lo conocemos, aunque aún es muy temprano para sacar conclusiones, sobre todo cuando todavía tienen un importante bastión en el Senado, pero bien haría Gustavo Madero en recordar una de las grandes frases de Churchill “La democracia es la necesidad de doblegarse, de vez en cuando, a las opiniones de los demás”, por más que el fin justifique los medios.

Twitter: @J_Cedeno

Julio Cedeño es Director General de ALG Consultores, especialista en análisis legislativo y diseño de estrategias para el cabildeo de temas referentes a siderurgia, energía y aeronáutica.

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