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Preocupa evolución de componentes de finanzas del sector público.- CEESP

6 de junio de 2022.- Para el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, CEESP, en su Análisis Económico Ejecutivo de junio 2022, las finanzas del sector público muestran estabilidad en lo general, pero la evolución de sus componentes genera preocupación en varios sentidos.

La recaudación de los ingresos tributarios fue superior en 4.5%, principalmente por el impuesto sobre la renta (ISR). Sin una recuperación sólida, este dinamismo podría agotarse rápidamente.

Cabe subrayar que la asignación del gasto público no parece ser la más adecuada para satisfacer las necesidades de la población.

El gasto de las secretarías de Bienestar y Turismo crecieron en 44.8% y 207%, respectivamente. Mientras que en Salud se contrajo 16.2%, en Educación 23.6% y en Seguridad Pública y Protección Ciudadana 0.9%.

Es factible que los ingresos adicionales por precio del petróleo alcancen para subsidiar el precio de los combustibles, pero ello está sujeto a riesgos

En su composición, el manejo de las finanzas públicas continúa siendo determinado por los objetivos políticos del gobierno, a costa de necesidades sociales evidentes.

MANEJO PRUDENTE DE LAS FINANZAS PÚBLICAS, PERO CON PROBLEMAS ESTRUCTURALES Y DEFICIENTE ASIGNACION DE RECURSOS

En los primeros cuatro meses del año las finanzas públicas continuaron arrojando resultados de estabilidad en lo general. Las autoridades señalan que “se mantienen sólidas y presentan resultados positivos para los ingresos tributarios, el ejercicio del gasto y el saldo de deuda pública”.

Las finanzas del sector público muestran estabilidad en lo general. Solo en abril los ingresos tributarios crecieron 14.2% respecto al mismo mes de 2021 y 4.5% anual en el acumulado enero-abril.

El gasto total neto, por su parte, disminuyó 2.1% en abril y aumentó solo 0.2% en enero-abril.

Asimismo, las autoridades señalan una evolución de la deuda del sector público positiva. Pero no queda claro a que se refieren, ya que en los últimos doce meses el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector público (RFSP), que es al cálculo más amplio de la deuda pública, aumentó en 800 mil millones de pesos, que equivale a 2.9 puntos porcentuales del PIB.

Sin embargo, la evolución de los componentes de las finanzas públicas, su estructura, genera preocupación en varios sentidos. Se advierte la debilidad de las fuentes de recursos públicos e ineficiencias o deficiencias en la asignación del gasto público.

Los ingresos totales del sector público en el primer cuatrimestre crecieron 5.9% respecto a un año antes, en tanto que en abril fueron 19.0% mayores al mismo mes de 2021.

Estos resultados reflejan, en buena medida, el beneficio que ha tenido el sector público como consecuencia del significativo aumento de los precios internacionales del petróleo, que le han ofrecido al Gobierno Federal los recursos suficientes para cumplir sus objetivos de gasto. El precio promedio del petróleo en los primeros cuatro meses del año fue superior en poco más de 30 dólares al del año pasado.

Así, los ingresos petroleros en el periodo enero-abril fueron 42.7% mayores a los de esos meses de 2021. Sólo en abril, fueron 76.3% superiores a los de mismo mes del año pasado. En ambas comparaciones ello significó, prácticamente la mitad del aumento absoluto de los ingresos totales del sector público. Por su parte, la recaudación de los ingresos tributarios fue superior en 4.5% a la del primer cuatrimestre del año anterior. Ello, a pesar de un crecimiento menor de la actividad económica. Esto se puede explicar principalmente por una mayor recaudación del impuesto sobre la renta (ISR), ya que la recaudación por concepto de IVA y del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) cayó con relación al año pasado.

Las principales causas del dinamismo del ISR son dos. En primer lugar, la firme política que ha seguido el Sistema de Administración Tributaria (SAT), que le ha permitido prácticamente duplicar en lo que va del sexenio la rentabilidad promedio de la fiscalización al pasar de 67.7 pesos recuperados por cada peso invertido en el primer trimestre de 2019 a 124.8 pesos en el mismo lapso del 2022.

Aunado a ello, en abril se realiza la declaración de impuestos de personas físicas por los ingresos del año anterior. Aunque es un fenómeno estacional año con año, es posible que en esta ocasión la percepción de ingresos por parte de las personas en 2021 haya sido mayor que en el 2020, el año de mayor inactividad por la pandemia. Sin una recuperación sólida de la actividad económica, esta mecánica de recaudación podría agotarse rápidamente, lo que representa un riesgo, puesto que es la principal fuente de recursos del sector público.

Por su parte, la recaudación de IVA y IEPS se contrajo anualmente en 3.8% y 45.8% en enero-abril, respectivamente, como consecuencia de la baja actividad económica y del subsidio que el Gobierno Federal asigna a los precios de los combustibles.

Por el lado del gasto público, cabe subrayar que su asignación no parece haber sido la más adecuada para satisfacer las necesidades de la población.

Respecto al primer cuatrimestre de 2021 el gasto público creció 0.2%. Mientras que solo en abril se redujo 2.1% anualmente. Estas cifras reflejan efectivamente la austeridad del gasto público congruente con el discurso oficial. Pero cabe señalar, desde otra perspectiva, que los egresos públicos del primer cuatrimestre del año fueron históricamente los más elevados para el mismo periodo.

De los 29 ramos administrativos que integran el gasto programable del sector público, en el periodo enero-abril 13 registraron incrementos, pero sobresalen dos: Bienestar, que reportó un incremento anual de 44.8% y turismo que lo hizo en 207%. El primer caso se explica por la creciente cantidad de recursos destinada a los programas asistenciales del gobierno federal, y el segundo refleja principalmente el gasto destinado al Tren Maya.

En contraste, el gasto en rubros sociales fundamentales estructural y coyunturalmente es deficiente. En el primer cuatrimestre del año el gasto en salud se contrajo 16.2%, en educación 23.6% y en Seguridad Pública y Protección Ciudadana 0.9%. En este último la disminución en abril fue de 22.6% anual.

Esto muestra claramente las preferencias del gobierno en favor de sus programas y proyectos a costa de necesidades evidentes para la sociedad. Los rubros preferidos tienen características electorales más que evaluaciones que los justifiquen.

Un tema fiscal que llama la atención es el subsidio al precio de los combustibles, gasolinas y diésel, que ha seguido el gobierno federal. Además de altamente regresivo -beneficia a los que menos lo necesitan- dispone de una elevada cantidad de recursos que podrían canalizarse a programas y proyectos más rentables socialmente.

Con base en las cifras más recientes, se infiere que el costo de este subsidio podría poner en riesgo las finanzas públicas, a pesar de los ingresos adicionales provenientes del mayor precio del petróleo.

En los primeros cuatro meses del año la exención del IEPS al precio de los combustibles -la mecánica original para accionar el subsidio- implicó un gasto de aproximadamente 65 mmp. Pero a partir de marzo se aplican estímulos complementarios a Pemex y a los importadores privados. En el primer cuatrimestre estos estímulos alcanzaron poco más de 20 mmp.

Así, el costo total por el subsidio a los combustibles en los primeros cuatro meses del año fue de 85 mmp. Si esta cifra simplemente se anualiza, el costo para todo el año sería de aproximadamente 300 mmp.

Sin embargo, es complejo estimar el costo de los estímulos a las gasolinas y el diésel para el año. Ello dependerá crucialmente de cómo se desenvolverá el consumo de combustibles en el resto de 2022 y de qué tanto durarán los precios extraordinariamente elevados del crudo. Bajo algunos escenarios de consumo creciente en el resto del año, el costo del subsidio podría alcanzar 400 mmp.

Con base en el ejercicio de sensibilidades utilizado para elaborar el paquete económico 2022, se puede considerar que, si el precio promedio del petróleo para todo el año fuese de 95 dólares, los ingresos petroleros crecerían en 542 mmp,

Aunque parecería que esos ingresos excedentes serían suficientes para financiar el subsidio a los combustibles, se debe tener en cuenta que probablemente no todo ese monto estará disponible. Hay que tener presente que las variables macroeconómicas han cambiado y esto incide directamente en la obtención de recursos.

Un menor crecimiento económico respecto al contemplado en el presupuesto y una menor plataforma de producción de crudo, ambos razonablemente anticipados, conducen a menores ingresos tributarios y petroleros. También puede ser que la combinación de una trayectoria del tipo de cambio distinta a la prevista y la evolución de las tasas de interés debiliten las finanzas públicas.

Entonces, aun cuando es factible que los ingresos adicionales por precio del petróleo sean suficientes para evitar que suba el precio de los combustibles ante los elevados precios internacionales del crudo, ello está sujeto a riesgos.

Bajo el supuesto de la mezcla mexicana del crudo a 95 dólares y el efecto de los riesgos señalados, los recursos adicionales netos disponibles para el sector público podrían alcanzar 350 mmp o 1.3% del PIB. En principio podría ser suficiente para compensar el costo del subsidio a combustibles. Pero no es seguro.

Al menos en el corto plazo, el gobierno tendrá recursos para cubrir los programas y proyectos insignia, aunque dejando a un lado el gasto en inversión, que es imprescindible para el crecimiento y el empleo.

En resumen, el manejo de las finanzas públicas, aunque relativamente prudente en sus agregados, en su composición continúa siendo determinado por los objetivos políticos del gobierno, a costa de otras necesidades sociales evidentes.

En vez de dedicar más recursos a necesidades de sectores claves para el bienestar social, como mejorar las condiciones de la educación después del cierre de escuelas, la escasez de medicinas y las enormes deficiencias del sector salud, la precaria situación de la seguridad pública o reactivar la inversión en la deficiente infraestructura pública, se continúa privilegiando el gasto hacia objetivos políticos.

México

El IENGI informó que durante abril la población ocupada ascendió a 57.7 millones de personas, lo que significó un aumento de 2.8 millones de ocupados respecto al mismo mes del año pasado. En cuanto a la población desocupada se observó una disminución de 900 mil personas. No obstante, aún se perciben señales de precarización del mercado laboral. Si bien la población subocupada se redujo en 2.3 millones en los últimos doce meses, aún es 100 mil personas mayor que su nivel prepandemia. Por su parte, la población ocupada en condiciones críticas aumentó en 3.2 millones de personas respecto al año pasado.

La coyuntura ha propiciado que la percepción de hogares y empresas sobre la situación actual y futura del país se mantenga cautelosa, sobre todo cuando las expectativas de crecimiento se siguen ajustando a la baja.

La información del INEGI señala que en mayo, a excepción del indicador de confianza empresarial del sector manufacturero que tuvo un avance mensual de 0.1 puntos, el resto de

indicadores retornaron a comportamientos negativos. El indicador de confianza del sector construcción se redujo 0.4 puntos, mientras que el del sector comercio lo hizo en 3.8 puntos y el del sector de servicios privados no financieros en 1 punto.

La debilidad de las expectativas también ha propiciado que los consumidores se tornen más precavidos. Durante mayo el indicador de confianza del consumidor se mantuvo sin cambio respecto al mes previo, después de haber aumentado durante tres mese consecutivos. Respecto al mismo mes del año pasado este indicador tuvo un avance de 1.8 puntos, el más bajo de los últimos 14 meses.

Estados Unidos

El Departamento del Trabajo informó que durante mayo las nóminas no agrícolas crecieron en 390 mil nuevos trabajadores, cifra que a pesar de resultar menor a la del mes previo, superó las expectativas del mercado que anticipaban la creación de 325 mil nuevos puestos de trabajo.

Por su parte, las nóminas del sector privado aumentaron en 333 mil trabajadores, por arriba de los 301 mil pronosticados por el mercado.

De esta manera, la tasa de desempleo de mayo fue del 3,6%, mismo porcentaje que el mes previo, pero ligeramente superior al pronóstico del mercado de 3.5%.

De acuerdo con el reporte del El Census Bureau, en abril el gasto total en construcción creció 0.2%, ligeramente por debajo del avance de 0.3% reportado un mes antes, pero más alejado de la estimación del mercado que anticipaba un incremento de 0.6%.

 

 

Reportacero

 

 

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