INTERNACIONALES

Pide UNESID precios competitivos para la electricidad en la Industria Siderúrgica Española

1 de dic. de 2014.- El resultado del reciente proceso de subastas del servicio de interrumpibilidad ha tenido resultados muy insatisfactorios para esta industria que puede ver seriamente amenazada su posición competitiva.

 

Cuando el Gobierno decidió modificar el sistema de gestión de la interrumpibilidad, UNESID manifestó su preocupación y advirtió de los efectos perversos que tendría el nuevo sistema sobre la supervivencia de la industria electrointensiva y muy en particular sobre la industria siderúrgica en nuestro país.

UNESID recurrió en su día a las disposiciones normativas que se han ido modificando sucesivamente y el recurso está pendiente de resolución por parte de los tribunales.

El sistema de subasta, diseñado para minimizar la retribución por la prestación del servicio, ha ocasionado una drástica reducción de la misma, lo que unido a la gran volatilidad de los precios en España dificulta, cuando no impide, un mínimo de planificación industrial.

En España tenemos la problemática de un precio spot errático en función de las condiciones meteorológicas que llevan a una mayor o menor producción de energía de fuentes renovables; Un precio en el mercado de futuros de 13 euros/MWh, más caro que en Alemania, debido a que somos una isla eléctrica y la competencia es limitada; Los costos del Sistema imputados a la industria cuatro veces más caros que en Alemania; Una falta de visibilidad en el precio a largo plazo con frecuentes cambios normativos y mecanismos como el de subastas de interrumpibilidad, que hace que no se pueda planificar más allá de un año.

Se trata, por tanto, de un problema de política industrial.

La industria siderúrgica es uno de los pocos sectores económicos que no tiene ninguna ayuda pública, ya que está expresamente excluida de las ayudas, con algunas excepciones regladas.

La industria siderúrgica sabe desarrollar su negocio sin necesidad de recurrir al bolsillo del contribuyente, pero necesita poder competir en los mercados internacionales sin estar lastrada por decisiones administrativas.

No se trata en absoluto de recibir ayudas sino de liberar a la industria siderúrgica del pago de cargas que no se corresponden con los costes inherentes a la generación de la energía eléctrica; y todo ello, en línea con lo que hacen otros países y con plena sujeción a la normativa de competencia europea.

Como ejemplo, Alemania ha aportado en 2014 alrededor de 300 millones de euros a la industria electrointensiva para la compensación de los costes indirectos de CO2 mientras en España el presupuesto era de 1 millón y no se ha materializado.

La industria siderúrgica española genera puestos de trabajo de elevada cualificación y estabilidad, tiene un gran efecto multiplicador en la generación de empleo indirecto y es la columna vertebral de la cadena de valor de la industria metal mecánica. Y además, supone una importante aportación a la balanza comercial y su compromiso con la innovación –materializado en colaboraciones con centros tecnológicos, PYMES, universidades e industrias-, genera soluciones y mejoras para la sociedad.

UNESID ha reiterado al Ministerio su disposición al diálogo con el objetivo de conseguir un precio competitivo de la electricidad para la industria siderúrgica.

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