Rinden emotivo homenaje póstumo al Ing. Zambrano
3 de junio de 2014.- El coro viste de luto, interpretan la pieza “Siembra el Futuro”, acompañados por la Orquesta Sinfónica del TEC. Las voces se entrelazan con un video que recuerda el momento en que el empresario Lorenzo H. Zambrano terminó su gestión como presidente del Consejo del Tecnológico de Monterrey en febrero de 2012.
En la enorme pantalla aparece la imagen de José Antonio Fernández Carbajal, actual presidente del Consejo del Tecnológico de Monterrey, quien le decía: “Creo que hoy puedes sentirte satisfecho de la misión cumplida. Has sido un hombre con una visión que genera progreso”.
Enseguida se observa a Lorenzo Zambrano, cuando le cede la estafeta de la presidencia del Consejo del Tec a José Antonio Fernández, y con pausada y emocionada voz dice: “A todos mi agradecimiento y mi admiración”.
La música cesa. Una atmósfera de melancolía invade el gigantesco recinto del Centro Estudiantil del Campus Monterrey. De pie la audiencia le rinde tributo al empresario regiomontano, quien murió el pasado 12 de mayo en Madrid, España, y le regala un largo aplauso. Muchos rostros se cruzan nerviosos con lágrimas en los ojos.
Hay más de mil 200 personas, entre familiares, amigos, empresarios, colegas de Cemex, autoridades, medios de comunicación, profesores y alumnos del TEC unidos para recordar a Don Lorenzo Zambrano.
Cuando empezó su gestión como Presidente del Consejo del TEC, la institución contaba con 26 campus, la Universidad Virtual, el Hospital San José, una escuela de Medicina, y una matrícula cercana a los 65 mil alumnos.
En 2012, el Tec tenía 31 campus en todo el país, 16 parques tecnológicos, incubadoras de alta tecnología y tecnología intermedia, aceleradoras de negocios, se convirtió en líder de patentes, desarrolló el sistema Tec Salud, y vio crecer al Egade Business School y al EGAP, con una población de 104 mil alumnos, entre otros logros.
José Antonio Fernández, reconoció que durante la gestión de Zambrano Treviño como Presidente del Consejo del Tecnológico de Monterrey (1997-2012), la Institución logró una verdadera escala nacional y una gran imagen internacional. Pero sobre todo, pidió recordar su mística, dedicación y generosidad.
“Hoy gracias a su contribución de ser un promotor dinámico en la educación el Tecnológico de Monterrey forma parte de la historia y del progreso del país, es hoy un orgullo de México, es un ícono y es un símbolo de que en México las cosas se hacen bien y se pueden hacer bien”, comentó.
José Antonio Fernández, CEO de FEMSA, dijo que el TEC buscará formar a más personas como el ingeniero Zambrano. “Jóvenes que tengan su visión global (…) que vayan al exterior a conquistar y como él decía, que se atrevan a crecer, a aprender y que regresen a mejorar el entorno y la realidad de nuestro país”.
Y para mostrar su carácter visionario, Rogelio Zambrano, presidente del Consejo de Administración de Cemex, relató que en 1977, Lorenzo Zambrano contrató al Tecnológico para realizar un modelo de simulación para optimizar el área de logística de la cementera, el inconveniente es que el Tec sólo tenía una computadora IBM 360, que ocupaba casi todo el edificio, “era un reto sin igual”.
Destacó la capacidad del empresario para atraer talento y construir equipos de trabajo comprometidos con la excelencia y promover su desarrollo profesional, con lo que logró transformar una empresa local, productora de cemento, en una de las compañías globales líderes, dentro de la industria de los materiales y los servicios para la construcción.
“Lorenzo nos deja un enorme legado, y estoy seguro de que aquí, en su querido Tec, todos lo honraremos al seguir trabajando para que nuestra universidad siga siendo una universidad de excelencia, que contribuya al desarrollo y beneficio de México y el mundo”, enfatizó Rogelio Zambrano.
El escritor Enrique Krauze, fue su amigo y lo recordó de manera elocuente mostrando su lado humano. Un hombre “con alma de Patriarca, no fue padre biológico, pero fue el patriarca de su familia, de sus amigos y colaboradores”.
Krauze parafraseó a Lorenzo Zambrano quien decía “Cosas buenas le pasan a la gente buena”, y cuando murió, “su muerte me golpeó, tenía tanto que hacer”, confiesa el escritor.
“Quise mucho a Lorenzo Zambrano y admiré su contribución a obras culturales, sociales y al bienestar de Monterrey. La rasgadura no se planchará, debemos honrarlo con el trabajo creativo”, sentenció el escritor.
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Por Lourdes Flores F.