Colaborador Invitado

“El oro, el inicio del fin en la burbuja”

Por Gabriela Siller Pagaza

El oro, que es considerado un refugio por los inversionistas ha disminuido 19% en el 2013 a pesar de que el ambiente de incertidumbre prevalece.

En enero 2007 el oro tenía un precio de 653 dólares por onza. Ese año cerró con una ganancia de 27%, para abrir el 2008 con un precio de 833.92 dólares. En el 2008 mostró una alta volatilidad pero se incrementó sólo 5.8%. En el 2009 subió 24%, en el 2010,30 %; en el 2011, 10% y en el 2012 el alza fue de 7%. Entre el 2007 y el 2012 el oro acumuló un alza de 157%, registrando el primer precio por arriba de mil dólares en septiembre de 2009 y por arriba de los 1,500 dólares por onza en abril de 2011. El precio máximo que ha alcanzado en un cierre de mes es de 1,825 dólares en agosto 2011.

En el 2013 el oro abrió con un precio de 1,675 dólares por onza y el precio máximo que ha alcanzado es de 1,692 dólares (22 de enero), mientras que el precio mínimo ha sido de 1,347  (15 de abril), cuando mostró su mayor caída en treinta años al retroceder 135 dólares en un día. Actualmente el oro presenta una caída en el año de 19%.

Si bien el oro es considerado un activo refugio, se encuentra en el fin de una burbuja especulativa, caracterizada por movimientos erráticos en el precio. Cabe destacar que las burbujas especulativas se forman como consecuencia de una expectativa de ganar un rendimiento extraordinario. Así, la mayor demanda por inversionistas que quieren participar de los rendimientos generan un alza en el precio de manera reiterada, hasta llegar a un punto en donde los participantes del mercado se preguntan si seguirá subiendo el precio. Así, la venta del activo provoca un efecto contrario, haciendo que el precio caiga rápidamente. Por lo anterior se le llama burbuja, porque el precio tiende a subir más rápidamente que otros activos sin que exista una razón fundamental que lo explique, para después caer de manera precipitada. Tal fue el caso del precio de los Tulipanes en el siglo XVII, de las acciones de las empresas Dot.Com a finales de la década de los 90s y la más reciente del mercado inmobiliario en EU que estalló con la crisis financiera de 2008. Las burbujas especulativas se consideran negativas porque distorsionan la asignación de los recursos y terminan destruyendo riqueza, teniendo inclusive efectos negativos sobre variables reales de la economía.

El oro es considerado un refugio, por lo que el exceso de liquidez a nivel internacional por las políticas monetarias acomodaticias de los países desarrollados y las condiciones de riesgo imperantes en el 2008 y 2009 por la crisis en EU y más tarde en el 2010 y 2011 por la crisis de la deuda en Europa, estimularon el incremento en su precio.

No obstante, la economía ha empezado a recuperarse, aunque de manera débil y los inversionistas parecen estar moviéndose hacia activos con mayor riesgo y rendimiento, por lo que el oro ha empezado a caer. Al contrario de otras burbujas, el oro no se ha desplomado debido a que el exceso de liquidez continúa y algunos bancos centrales del mundo (incluyendo a Banxico) han incrementado sus posiciones de reservas internacionales en este metal, generando de manera indirecta confianza sobre su desempeño, ya que no se comportan de manera especulativa como los inversionistas (comprando y vendiendo diariamente grandes cantidades) y se espera que mantengan estables sus posiciones en este activo.

Cabe destacar que desde el 2008 hasta el 2012 el diferencial entre el precio del platino y del oro, que se había mantenido más o menos constante en el tiempo, disminuyó a medida que el oro subía de precio y parece empezar a recuperar su equilibrio, lo cual es otro punto relevante para considerar que el oro se encuentra en el fin de una burbuja especulativa.

Se tiene la perspectiva que el oro continúe mostrando movimientos erráticos, pero con una tendencia a la baja en su precio, cerrando probablemente este año en un nivel cercano a 1,300 dólares por onza, lo que resultaría en una baja aproximada de 25% en su precio.

Gabriela Siller Pagaza, PhD

Directora de Análisis Económico y Financiero

Banco BASE

gsiller@bancobase.com

 

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